sábado, 10 de mayo de 2014

Ensayo de fidelidad

No se conocían. Durante la concurrida reunión se hablaron con los ojos. Gastaron todo el capital emotivo de sus miradas. Se leyeron los pensamientos. Sintieron cómo se aproximaban sus inesperados afectos. Al terminar la velada comprendieron que sólo estaban diseñados para verse desde lejos: En la puerta a ella le esperaba el comportamiento apasionado de su pareja y a él su novia, el mejor regalo que le había dado la vida.