Luís Serrano también se apellida Martín de Eugenio. Es profesor en el Aula de Experiencia de la Universidad de Sevilla, donde se licenció, hace tiempo, en Filología Hispánica. Es posible que sea, desde el 14 de abril, secretario de Cultura y Publicaciones de la APS. Sus buenas fotografías han ilustrado más de 40 libros, incluidas las que aparecen en las guías gastronómicas, con las que, dice, gana experiencia y cierto peso. Yo le pongo esta dieta de preguntas:
-¿Qué explicaste ayer en la Universidad?
-Les conté la importancia de la luz. Cómo mirarla, admirarla y aprender a apresarla. (Me ha quedado una aliteración de libro. ¡Qué horror!)
-¿Cuántos alumnos tienes?
-Unos treinta.
-¿Te preguntan mucho en clase?
-Cometí un error el primer día de clase: "pueden ustedes interrumpirme cada vez que quieran" ¡en mala hora! No, la verdad es que intervienen mucho, pero es lo que pretendo, que las clases sean dinámicas y divertidas. Aquello de los clásicos "Docere delectando"
-¿Cómo es la fotografía que te premiaron recientemente?
-Es una toma cenital, (habitualmente, de coña, digo toma genital pues es la que me sale del alma y a los alumnos ya nunca se les olvida) de dos niñas jugando al toro con capote y montera en la calle Santa Clara. Una estampa de otro tiempo.
-¿Aconsejas algo a los que vas a fotografiar?
-Casi todo. Que se coloquen de una forma determinada, que miren a la cámara o al cielo etc. Me gusta que posen como yo quiero.
-¿Es difícil conseguirlo?
-Con ciertos personajes públicos poco acostumbrados a obedecer, sí.
-Enséñame a mirar una foto.
-Lo primero es abrir los ojos, si no siempre es difícil.
-Ya los tengo abiertos.
- Realmente una buena foto, como cualquier buena obra de arte no necesita ser explicada, si no, malo. Pero sí que soy un obseso de la luz. Una buena luz hace una buena foto. Por supuesto, encuadre, motivo etc.
-¿A quién fotografiarías de perfil?
- Añasagasti no estaría mal de perfil. No por su nariz si no por su....difícil peinado. Y hay personas que es mejor fotografiarlas de espalda. ¡Ahorraríamos tantos disgustos!
-¿Tus fotógrafos admirados?
-A veces cuando me puede el ego me admiro mucho.
-Lo comprendo.
- Fuera de coñas, es difícil quedarse con uno. Como padre de la fotografía moderna, Cartier Bresson. Sin él nada sería igual. Más cercano, el desaparecido Atín Haya con quien tuve el placer de compartir trabajos. Era un fotógrafo de sensibilidad exquisita.
-¿Qué aprendiste de ellos?
-La sensibilidad ante temas cotidianos. El no ir por la vida de fotógrafos estrellas. Eso que no es fácil y les permite acercarse a la realidad siempre con una mirada limpia, llena de curiosidad. Y permíteme ser pedante
-¡Adelante! (Otra aliteración, todo se pega)
-Decía Machado, que el que está de vuelta de todo es que no ha ido a ninguna parte. Siempre hay que estar aprendiendo, pero divirtiéndose.