viernes, 30 de junio de 2017

Un Rey despreciado

Tres años antes de que se celebrasen en España las primeras elecciones democráticas Felipe González fue recibido por el primer ministro de Suecia Olof Palme en su despacho oficial. El político sueco estrechó la mano del entonces “Isidoro” que había sido elegido en el Congreso de Suresnes secretario general del PSOE. Al interesarse Olof Palme por la transición española, González le contó los momentos especiales que había vivido con un periodista que le entrevistó tras su elección porque ambos fueron detenidos y procesados por el Tribunal de Orden Público ya que aún no se había conquistado la libertad de expresión. Todavía no era palpable para los españoles la trascendental tarea de Juan Carlos, actualmente despreciado no se sabe por quién y de Adolfo Suárez, al que la historia lo tiene en su gloria.