En el ministerio de Interior las Vírgenes eran muy
valoradas en tiempos de Jorge Fernández Díaz. Por orden suya la Virgen
de los Dolores, de Archidona, recibió la Cruz de Plata de la Guardia
Civil. A Nuestra Señora María Santísima del Amor le concedió la Medalla
de Oro al Mérito Policial. A la Virgen del Rocío, ninguna condecoración
de Interior, pero sí una mención especial del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social. Su titular, Fátima Bañez, le atribuyó haber salido de
la crisis . Y comenzaron los rumores. Fernández Díaz dejaría de ser
ministro y sería nombrado embajador en el Vaticano. ¿Sería bien visto
allí este hombre de fe y de la Ley Mordaza?
Cuando la que fue
primera Jefa de Gobierno de Israel, Golda Meir, se dirigía al despacho
de Pablo VI, se sinceró con el secretario de Estado que la acompañaba:
“No se cómo seré recibida por el Papa. Soy una pobre anciana, hija de
un carpintero”. “No tenga miedo. El oficio de carpintero es muy bien
visto en este lugar” le contestó el cardenal Villot.