Miguel Sánchez Montes de Oca |
Se queda uno con la letra enseguida:“Hay una cosa en la vida más
importante que Dios: y es que nadie escupa sangre, pa' que otro viva
mejor”, De una canción del poeta y compositor argentino Atahualpa
Yupanqui.
Otro argentino: Domingo Perón. Suya e inoportuna es la siguiente ocurrencia::
Fue un señor a confesarse y dijo al anciano sacerdote:
-Padre me acuso de que soy catalán.
-Hijo mío eso no es ningún pecado, eso es una putada.
Lo
contó cuando desayunaba con un un grupo de españoles que le visitó. Desayunó con ellos a las siete de la mañana. Los visitantes eran Juan Fernández, García Díaz, Nicolás Salas, Manuel Otero, y el embajador de España en Argentina, que era catalán y que estuvo a punto de atragantarse al oír la confesión. También estaba Miguel Sánchez Montes de Oca, que hoy
cumple sus primeros y sabios ochenta años. Por él he sabido que Perón
ese mismo día hizo una pregunta a sus invitados: ¿Siguen sentados esos
señores del casino de la calle Sierpes haciendo de extras de cine? (Se
refería a la sede del Circulo Mercantil e Industrial de Sevilla.)
Miguel Sánchez Montes de
Oca volvió a Buenos Aires, en esta ocasión con Guadalupe Ruiz Giménez.
En Argentina mandaba entonces la Junta Militar. Los dos se
entrevistaron con el ministro del Interior, un general famoso por sus
represalias, para ocuparse del tema de lo desaparecidos. ¿Por qué me
preguntan por eso cuando todos los prostíbulos del mundo están llenos
de argentinas?