lunes, 24 de octubre de 2016

Miguel Sánchez Montes de Oca

Miguel Sánchez Montes de Oca

Se queda uno con la letra enseguida:“Hay una cosa en la vida más importante que Dios: y es que nadie escupa sangre, pa' que otro viva mejor”, De una canción del poeta y compositor argentino  Atahualpa Yupanqui. 
Otro argentino: Domingo Perón. Suya e inoportuna es la siguiente ocurrencia::
Fue un señor a confesarse y dijo al anciano sacerdote:
-Padre me acuso de que soy catalán.
-Hijo mío eso no es ningún pecado, eso es una putada.
Lo contó cuando desayunaba con un un grupo de españoles que le visitó. Desayunó con ellos a las siete de la mañana. Los visitantes eran Juan Fernández, García Díaz, Nicolás Salas, Manuel Otero, y el embajador de España en Argentina, que era catalán y que estuvo a punto de atragantarse al oír la confesión. También estaba Miguel Sánchez Montes de Oca, que hoy cumple sus primeros y sabios ochenta años. Por él he sabido que Perón ese mismo día hizo una pregunta a sus invitados: ¿Siguen sentados esos señores del casino de la calle Sierpes haciendo de extras de cine? (Se refería a la sede del Circulo Mercantil e Industrial de Sevilla.)
Miguel Sánchez Montes de Oca volvió a Buenos Aires, en esta ocasión con Guadalupe Ruiz Giménez. En Argentina mandaba entonces la Junta Militar. Los dos se entrevistaron con el ministro del Interior, un general famoso por sus represalias, para ocuparse del tema de lo desaparecidos. ¿Por qué me preguntan por eso cuando todos los prostíbulos del mundo están llenos de argentinas?