viernes, 14 de octubre de 2016

Erotismo


“El sexo pierde todo su poder y se vuelve aburrido cuando se escribe sobre él  de un modo explícito, exagerado y cuando se convierte en una obsesión maquinal”. Estas palabras son  de una carta de Anais Nin al anciano acaudalado que le compraba cuentos eróticos que escribía expresamente para él, a un dólar por folio...El precio no lo fijó la autora de “La casa del incesto”  sino su calenturiento lector.
Recuerdo que cuando la editorial “Jirones de azul” lanzó la primera novela erótica del popular Manuel Melado, titulada  “Mi amor en casa”, me confesó el autor que su obra hay que leerla con una sola mano. Trata crudamente la relación incestuosa de una  madre con su hijo y, además, la señora se entendía con la novia del joven. Antes del incesto me contó que un amigo suyo, muy bromista, le preguntó cómo se escribía clítoris, sí con c o con k. Él le respondió “si me lo llegas a preguntar hace una hora lo tenía en la puntita de la lengua” 
Melado ha creado muchas “sevillanas”.Dice que son un canto a la esperanza. “A bailar, a bailar” “Que no nos falte de ná”…