Un artículo de Manuel Bohórquez en El Correo de
Andalucía me ha traído a la mente las palabras enigmáticas de un Papa
cuando visitó el campo de concentración de Auschwitz..Fue el conservador Benedicto XVI el que preguntó: “¿Dónde estaba Dios en esos
días?"
Bohórquez cuenta que desde niño se preguntaba “¿qué ser
superior decide que unos nazcan para ser felices y otros para ser
desdichados?
El pequeño no pensaba en el holocausto sino en su
madre. Cuando quiso que se lo descifrara el cura de Palomares, don
Anselmo le respondió: “Manolito, Dios no es ciego”
Creo que la
respuesta no le sirvió. Le sonaría al breve diálogo entre un maestro
y su alumno. Este le confesó: “No creo en Dios”. El otro le dijo: “Pues
no te preocupes, Dios cree en ti”.
La madre de Bohórquez pronto
cumplirá noventa años. Ha sufrido un ictus. El hijo confiesa que no
está preparado para perderla para siempre. La recuerda como una mujer
que ha trabajado durante sesenta años como una mula, como una esclava.
Él está dispuesto a entrar en la zona del misterio para pactar con
ese ser superior para que deje de sufrir la que le dio la vida.