viernes, 1 de abril de 2016

Donde sólo reman los suspiros


José Ysmér nació por casualidad en Palencia en 1931. Su infancia, adolescencia y juventud transcurrieron en Granada, donde las horas son más largas y sabrosas que en ninguna otra ciudad de España, según dijo un poeta de la tierra. Vivía en la Calle del Águila, número 18. Tenía cinco años cuando una madrugada varios guardias civiles se llevaron detenido a su padre para darle el paseillo, es decir, para fusilarle, porque durante la República había sido secretario del Sindicato Nacional de Artes Gráficas. Este colectivo, durante la guerra civil, colaboró en el intento de parar el golpe militar del 18 de julio con los carteles que tan artísticamente elaboraban.
-¿Qué ocurrió después?
-Mi padre se salvó porque cuando le registraron encontraron en su cartera una fotografía de mis abuelos. Uno era militar de alta graduación y el otro aparecía en la foto con el uniforme de Jefe Provincial de Correos, cargo que desempeñaba en Burgos, que era zona nacional. Llegó a ser director general.
-¿Y tu madre?
-Lo pasó muy mal aquella madrugada. Se llevó un gran susto. Murió al poco tiempo por esta desgraciada circunstancia.
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José Ysmér imparte clases una vez a la semana en la Agrupación Española de Acuarelistas, donde por las tardes se ocupa de la revista “Acuarelia” que él dirige. La dirección incluye hasta el ensobrado de los 600 ejemplares que envía a Hispanoamérica y Europa. Por las mañanas pinta en su casa, donde guarda cuatro mil acuarelas. Sus cuadros se han admirado en Seúl, Iberoamérica. Ha pintado en Ámsterdam, Marruecos, Finlandia, Canadá, Venecia… 
Pregunto a José Ysmér si ha pintado en Fuente Vaqueros. Responde que no. Hizo algunas acuarelas en 1952 por la Vega de Granada. García Lorca se acordaría de Venecia cuando escribió que en Granada solo reman los suspiros..
-¿Vives de la acuarela?
-No.
-¿Para la acuarela?
-Sí.