Faltaban siete días
para las elecciones generales. Antonio Hernández Mancha, abogado del
Estado, se presentaba por Coalición Popular. Nació en Guareña (Badajoz)
hace 35 años..Casado. Tiene dos hijos y cinco dioptrías en cada ojo.
Pierde las gafas con facilidad.
─¿Entre las obligaciones de los militantes de Alianza Popular figura la de visitar Villalba, el pueblo de Fraga?
─En
modo alguno. Ese estilo de "santa sanctorum" no existe en Alianza
Popular. Yo nunca he estado allí. En Lugo sí, haciendo campaña política.
─¿En política se puede decir "dame dinero y haré un político"?
─No. El político no se hace. El político tiene que nacer.
─¿Y las formaciones políticas que surgen sin un arraigo social?
-En
una democracia que se está consolidando ocurre esto sólo porque a base
de dinero se garantizan su presencia en la letra impresa y en los
medios de comunicación.
-¿Tienen los días contados?
─Sí. Son
ficciones que no resisten lo que es la lucha diaria, el turno de poder
y oposición y normalmente fenecen cuando se callan los últimos ecos
electorales.
─¿El ejercicio de la política robotiza o humaniza?
─Humaniza. Por lo menos la política que yo ejerzo, como se hace a pie de obra, humaniza.
─¿Política es casi lo mismo que pasión de mando?
─No tienen nada que ver... Yo no tengo pasión de mando.
─¿En qué se diferencian?
─Es que usted me ha utilizado la palabra "mando", que, para mí, tiene reverberaciones cuarteleras. No me gusta.
-¿Tan mal le fue la "mili"?
─Me
fue bien. No soy antimilitarista, pero me gusta disociar muy bien los
dos ámbitos. La palabra "mando" tiene una inspiración de disciplina
militar y yo lo que no tengo es vocación militar.
─Entiendo.
─Yo tengo vocación de político civil.
-¿Su primer autor?
-Cervantes.
-¿Con que edad lo descubrió?
-Con
9 años. Pero no porque yo tuviera una ciencia infusa que me indujera a
leerlo sino porque me lo hacían leer en el colegio.
─¿Se aburría?
─A
mí me entretenía "El Quijote", que era el libro de lectura para
preparación de ingreso en el bachillerato. Lo que empezó siendo una
obligación, terminó en una devoción.