lunes, 14 de marzo de 2016

Casting


En la antigua prisión de Zamora había un pabellón reservado para los sacerdotes y religiosos que eran encarcelados principalmente por motivos políticos, en tiempos de Franco. En tiempos de ZP se rodó en dicha prisión la película Celda 211, ganadora de ocho Premios Goya, basada en la novela homónima de nuestro compañero Francisco Pérez Gandul. La dirigió Daniel Monzón y la protagonizaron Luís Tosar, Alberto Ammann. Antonio Resines… En el largometraje franquista intervinieron, tras un casting policiaco, sacerdotes vascos, frailes, curas obreros y algunos jesuitas. Entre estos últimos figuró Francisco García Salve, que vivió esta otra experiencia:
La Policía rodeó el convento de los Padres Oblatos en Pozuelo de Alarcón. Dentro se celebraba una reunión de dirigentes nacionales de una central sindical, afecta al PC. Cuando fueron detenidos se encontraban escondidos en distintos lugares del recinto. Eran Marcelino Camacho, Fernando Soto, el cura obrero Francisco García Salve, Juan Muñoz Zapico, Francisco Acosta, Nicolás Sartorius, Miguel Zamora, Luís Fernández Castilla, Pedro Santiesteban y Jesús Sánchez, que era el nombre que constaba en la documentación falsa que portaba Eduardo Saborido. En los interrogatorios todos negaron pertenecer a Comisiones Obreras y cada uno manifestó que no conocía a los demás. El más imaginativo de los detenidos declaró a la Policía: “Mi mente es muy calenturienta. Cuando me detuvieron no huía de ustedes, sólo buscaba en el convento pasadizos misteriosos, paredes falsas, escaleras secretas, salidas ocultas, como si se tratase de un cuento soñado en mi infancia”
García Salve, fallecido el pasado día cinco, tuvo dos hijos con su compañera Isabel. A los 72 años se jubiló como abogado laboralista. Cuando estaba encarcelado en Zamora comenzó a estudiar Derecho.
(“Por los puentes de Zamora, sola y lenta iba mi alma. A veces miraba al cielo, a ratos miraba al agua” escribió Blas de Otero).