miércoles, 4 de noviembre de 2015

Asunta, como un bolso de Prada para la madre


“Santiago de Compostela es pequeño. Todos nos conocemos. Mi padre era amigo del padre de Rosario, el abogado Porto. Los dos coincidían con frecuencia en el Parque de la Alameda, el más céntrico de la ciudad, antes y después de la adopción de Asunta. Abuelo y nieta se adoraban”. Entrañable comentario de la psicóloga Pilar Enjamio que se ha dejado preguntar  antes de que vea la luz la sentencia.
-¿Qué me dice usted del blog de Asunta?
-Es una evidencia de la muerte extraña de los abuelos, tema que no ha sido estudiado.
-¿Extraña?
-Primero falleció la abuela y al poco tiempo murió el abuelo. Los dos fueron incinerados enseguida para que nadie atisbara lo que pudo haber ocurrido.
-¿Sospechaba algo la niña?
-Cuando una niña sufre por algo, teme expresar el verdadero motivo de su pena, pero recrea la historia que tiene en su mente con nombres ficticios. De este modo sale a la luz eso que le ahoga. Esto hizo Asunta. Y le servía para relajarse y como para dar un aviso.
-Llegó a narrar un cuento de miedo cuya protagonista era ella.
-Contó que a una niña quisieron asfixiarla una noche cuando dormía, pero no dijo que era ella hasta más tarde.
-¿Acompañaba usted a su padre al Parque de la Alameda?
- Con frecuencia. En cierta ocasión oí que el padre de Rosario decía al mío:”No me gusta mi yerno, mi hija no es feliz y se permiten unos lujos desorbitados. Creo que Asunta la puede centrar y la apoyará cuando ni mi mujer ni yo estemos en este mundo”.
-¿Qué era Asunta para su madre?
-Como  un bolso de Prada para vestirla, como un juguete, pero al crecer la niña comenzaron a chocar porque se trataba de dos personalidades infantiles que rivalizaban. Rosario sintió celos por lo bien que se llevaban el abuelo y la nieta, que era prodigiosa y muy inteligente.