En España ya sabemos que el ex presidente Felipe
González, que vive con un marcapasos, llegó bien a Venezuela. Lleva
escoltas. Según se intuye de las manifestaciones del ministro García
Margallo fueron obligados a dejar en la frontera las armas que
portaban.
El presidente Nicolás Maduro todavía tendrá muchos de los 600.000 cartuchos antimotin que el Gobierno de José María Aznar vendió a Hugo Chavez, según copia u original que el ex ministro de Defensa José Bono mostró a Pepa Bueno en el programa “Viajando con Chester”. Estas municiones fueron diseñadas pensando en el mantenimiento del orden público. No aconsejan que se disparen directamente a las personas sino al suelo para que luego descarguen el impacto sobre los manifestantes. Todo lleno de inocencia.
En Caracas los escoltas del ex presidente González estarán pendientes de que no se acerque a industrias siderurgicas, centrales eléctricas y cables de alta tensión porque pueden alterar el funcionamiento de su corazón. Mientras, Nicolás Maduro habrá pedido ideas a científicos afines al chavismo para provocar interferencias en el marcapasos del ilustre viajero. Éste tendrá que conformarse con asistir como libre oyente al juicio de los presos políticos a los que intenta defender.
El presidente Nicolás Maduro todavía tendrá muchos de los 600.000 cartuchos antimotin que el Gobierno de José María Aznar vendió a Hugo Chavez, según copia u original que el ex ministro de Defensa José Bono mostró a Pepa Bueno en el programa “Viajando con Chester”. Estas municiones fueron diseñadas pensando en el mantenimiento del orden público. No aconsejan que se disparen directamente a las personas sino al suelo para que luego descarguen el impacto sobre los manifestantes. Todo lleno de inocencia.
En Caracas los escoltas del ex presidente González estarán pendientes de que no se acerque a industrias siderurgicas, centrales eléctricas y cables de alta tensión porque pueden alterar el funcionamiento de su corazón. Mientras, Nicolás Maduro habrá pedido ideas a científicos afines al chavismo para provocar interferencias en el marcapasos del ilustre viajero. Éste tendrá que conformarse con asistir como libre oyente al juicio de los presos políticos a los que intenta defender.