lunes, 19 de enero de 2015

Periodista el padre, periodista la hija

─¿Cómo se portó Emilio Romero, director del diario “Pueblo”, con tu padre cuando fue encarcelado? 
─Vamos a hablar de otras cosas, dijo Nina. 

A finales de noviembre de 1961 se produjo la inundación del arroyo Tamarguillo, que afectó a más de 125.000 sevillanos. El periodista Manuel Benítez Salvatierra escribió en el diario “Pueblo” que la desidia y la incompetencia de las autoridades habían provocado el desastre. Enseguida fue detenido por orden del gobernador civil de Sevilla Hermenegildo Altozano Moraleda e ingresado en prisión. 
Cuando años después hablé con Nina, veía el paso de su padre por la cárcel un poco desdibujado en los pequeños detalles, pero muy claro en lo esencial. Decía que la actitud del gobernador fue un abuso de poder y una manera de vengarse de su padre por su postura contra los miembros del Opus Dei, expresada en más de una ocasión en sus trabajos periodísticos.

Benítez Salvatierra era falangista desde que tenía quince años, con carné firmado por José Antonio Primo de Rivera. En más de una ocasión ella le dijo que Franco les había traicionado. Pero él, sabiendo que la idea originaria de la Falange había sido manipulada, no quiso cambiar de chaqueta. Estas eran sus discusiones ideológicas.

-¿Cómo sentía la amistad?
-En términos generales, mi padre sentía la amistad de una forma profunda e incondicional. 
-¿Hasta el punto de buscarle compañía interesante cuando Emilio Romero se desplazaba a Sevilla? 
-Mi padre jamás buscó una mujer para Emilio Romero, porque éste tenía su "buscamujeres" particular. Pero si Emilio Romero, su director y jefe, le manifestaba su deseo de dar una conferencia, él se la organizaba; si quería ver el Alcázar fuera del horario de visita y acompañado de Romero Murube, mi padre hablaba con Romero Murube y éste le explicaba el Alcázar mejor que nadie.
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Benítez Salvatierra murió una noche de febrero de 1977. Dirigía el periódico "Suroeste". No dejó propiedades. 

María Ángeles Benítez, “Nina Salvatierra”, falleció en octubre de 2004 a los 57 años. Trabajó en el centro territorial de RTVE, en La Palmera. A iniciativa del presidente de la APS, Rafael Rodríguez, será nombrada el próximo jueves “Socia de Honor” de la Asociación de la Prensa de Sevilla para honrar, aunque tarde, su memoria. Dejar huellas es una hermosa y legítima ambición de sobrevivir. 
(La fotografía es de Paco Sánchez)