domingo, 5 de octubre de 2014

Alimentos prohibidos

Un clérigo islámico, aun sabiendo el  poder nutritivo que tiene el plátano, no ha dudado en incluirlo en la lista de alimentos prohibidos a la  mujer musulmana. Igual suerte han corrido los pepinos, las zanahorias y los calabacines. Basa su represión en la forma que tienen dichos productos. Así que el argumento es bastante superficial. 
Este religioso cree que los frutos mencionados, (casi todos bajos en calorías)  hacen pensar a las hembras en el sexo. Sin embargo a las que quieran consumirlos les aconseja que previamente hayan sido cortados en rodajas y en secreto por un varón de la familia. (El clérigo no se para a pensar en la hipotética orientación sexual que tenga el que corta el bacalao, o mejor dicho el que trocea el plátano y lo demás).
El clérigo islámico se olvida de explicar que el plátano debe comerse cuando está maduro, con el fin de que se digiera más fácilmente, porque de lo contrario  puede suceder a las consumidoras lo que a los lobos. La mayoría de las infecciones intestinales que padecen estos animales provienen, como decía Périch, de haber comido caperucitas verdes.