La esposa de Manuel Aguilar García se enteró de
que existía un campo de concentración en Alcalá de Guadaira para vagos
y maleantes. Allí se encontraba detenido José Caballero Rubio, alias
Primo Carnera, sometido a vigilancia especial por ser un hombre
peligroso, como su marido. Sin pensárselo más, se presentó donde
estaba segura de que la escucharían. Allí contó que su esposo había
sido siempre de izquierda pues estaba afiliado a la CNT. Que no
trabajaba desde que entró la II República. Es decir llevaba cinco años
sin dar golpe. Los golpes eran para ella. En el tiempo que llevaban
casados había sido victima de malos tratos. La obligaba a salir a
trabajar diariamente para que trajera el sustento para la familia. Por
estos motivos pidió que su indeseable marido fuera internado lo más
pronto posible en el campo de concentración.
La persona que escuchaba a la mujer le leyó lo que ella le había dicho y al dar su conformidad le mostró el papel para que lo firmara. Se limitó a estampar su huella dactilar y a no protestar porque habían puesto en su boca palabras que no había dicho: “funesta república” y “Gloriosa Institución”.
Cuando la denunciante abandonaba la Jefatura Local de Información de Falange Española Tradicionalista y de la JONS de Sevilla, el día 29 de julio de 1937 estaba oscureciendo.
(Hace poco Rafael Guerrero manifestó que algunos campos de concentración en Andalucía eran peores que los campos nazis).
La persona que escuchaba a la mujer le leyó lo que ella le había dicho y al dar su conformidad le mostró el papel para que lo firmara. Se limitó a estampar su huella dactilar y a no protestar porque habían puesto en su boca palabras que no había dicho: “funesta república” y “Gloriosa Institución”.
Cuando la denunciante abandonaba la Jefatura Local de Información de Falange Española Tradicionalista y de la JONS de Sevilla, el día 29 de julio de 1937 estaba oscureciendo.
(Hace poco Rafael Guerrero manifestó que algunos campos de concentración en Andalucía eran peores que los campos nazis).