domingo, 27 de julio de 2014

La desgracia de un político catalán

Jordi Puyol domina cinco idiomas. Pudo engañar a su pueblo en catalán, francés, inglés, alemán e italiano.
¿Qué le queda al ex presidente de la Generalitat de aquel hombre joven al que Franco calificó de elemento separatista porque quiso deslucir la estancia del dictador en Barcelona? En aquella ocasión sufrió malos tratos en la comisaría y en la cárcel. Ricardo de la Cierva cree  que hubo momentos de tortura.
Pujol tuvo poder. Mucho. Lo usó incluso para degradarse como persona. Su Jardín del Edén se encuentra, por ahora, en Andorra. Quizá tenga más paraísos. En unas jornadas sobre religiones y espiritualidad manifestó que  los grandes problemas que tenía la sociedad eran problemas morales. (Año 2009).
Su petición de perdón, en  2014, suena a desgracia. La Fontaine atinó cuando escribió que la mayor desgracia es merecerla.