lunes, 30 de junio de 2014

La hora y la memoria

El político puso en hora su  reloj de arena. Faltaban muchos segundos para llegar al 13 de julio, día para elegir al sucesor del químico.  El político pensó después en el físico. En el físico de los tres aspirantes. Lo consideró una injerencia de los sentidos y se puso a valorar  el rebaño de promesas  de los candidatos.  Las había oído balar asustadas mientras la arena del reloj  huía a la playa...
Los tres hombres y dos mujeres que desenterraban los últimos recuerdos de la memoria histórica en España se encontraron con algo que no buscaban. Era una virgen a medio vestir. Ellas se fijaron en la tristeza del rostro de la imagen. Uno de los hombres comentó que la cara de la virgen le recordaba a la de su novia cuando sentía punzadas en el vientre. “No has dicho ninguna tontería. A la imagen le tiene que doler la cintura. Todavía lleva puesto el fajín rojo de algún vanidoso general”, dijo el que más televisión veía.