viernes, 13 de junio de 2014

(III) Conversaciones sobre La Cuadra con Lilyane Drillón

El grupo La Cuadra en el histórico teatro New
York City Center el año 2001
Allá por los años cincuenta Salvador Távora toreó cuatro  tardes en la Real Maestranza. Traje de crema y oro en la primera novillada. Vestido de corto en un festival. De grana y oro la tercera vez. La última, de celeste y oro. El toro era negro.
No sé cómo vestía el 21 de mayo de 1960. Ese día el rejoneador Salvador Guardiola cuando toreaba en Palma de Mallorca al novillo “Farruco”, se cayó tan dramáticamente de su caballo “Calé” que tuvo que matar al animal el sobresaliente de su cuadrilla, Salvador Távora, desconocedor en ese momento de que su tocayo estaba muriéndose. El percance le alejó para siempre de los ruedos, pero él dice que le condenó a andar por un ruedo mayor, que es todo nuestro país. Y le sirvió para hacer su obra "Piel de toro", que es un reencuentro con todo ese juego suyo juvenil con la muerte.
-Liyane, ¿Dónde  gastaste tu juventud?
-Mi juventud, no la gasté. La viví con intensidad. Fue en Nancy. Eran los tiempos de Sartre, Simone de Bauvoir, Camus, Boris Vian, Marguerite Yourcenar, y tantos. Devoraba libros, disfrutando de la literatura, recorriendo todos los siglos y me entregaba a mi gran pasión: el teatro. Todo era posible, y el “porvenir era mío”… (dixit Victor Hugo, en el poema Mille Ochocientos Once: "l'avenir, l'avenir est à moi")
-¿Cómo se dice en francés sujetador?
-Soutien-gorge
-¿Era tu prenda predilecta?.
-Para nada. El sujetador se quedó en el cajón durante muchos años. Yo pertenezco a la generación que reivindicaba el cuerpo “libre”, natural, sin armadura. Entonces no tenía problemas con la ley de la gravedad.
-¿Corre el espectador el peligro de perderse en alguno  de los espectáculos de La Cuadra?
-No creo. La gran variedad de ciudades, teatros y públicos que hemos tenido muestra que llegan, que el mensaje se recibe, o se rechaza. Pero no deja indiferente.
-¿Cual es el hilo conductor de las obras?
-Andalucía, su cultura, su pasado, su presente y su futuro.
-Después de tantos galardones, premios y gestos de amistad ¿qué recompensa aguarda a Salvador  Távora?
-Él  no busca recompensas, ni galardones. La mayor recompensa para él es poder seguir trabajando, poder seguir creando, siempre.
(En cierta ocasión me contó el creador de La Cuadra que sus hijos aman lo que él ama. Aman  a su clase, que es la de su padre, es decir, la clase trabajadora; aman a su tierra, que es Andalucía, y aspiran a lo mismo que aspira él: ayudar a hacer un entorno de vida donde sea posible la realización de la persona sin imposiciones que mutilen sus deseos).