viernes, 16 de mayo de 2014

(2) Carmen Romero. Los hijos y las vacaciones

Verano de 1979. Aquella tarde no se podía entrar en la finca de Paco Palomino, en Dos  Hermanas, sin pasar por el control de una pareja de la Guardia Civil con metralleta en mano. Dentro, dos niños jugaban a la petanca con un adulto. Era Felipe González. Cuando terminó el entretenimiento pregunté al líder socialista por sus pequeños contrincantes. Enseguida dibujó el perfil de ellos:

-Pablo, mi hijo mayor, tiene siete años. Es un niño especialmente sensitivo, introvertido, muy sensible a cualquier choque de tipo emocional y con un carácter menos estable que David, que es el segundo. David es el clásico niño simpático con mucha facilidad para la relación con los demás. De María no te puedo decir nada porque tiene sólo once meses.

La niña dormía en brazos de Carmen. “Antes de llegar tú –comentó- Felipe y yo hablábamos del tiempo que hace que no salimos de vacaciones. Él calcula que desde el verano de 1974; sin  embargo, yo creo que hace más tiempo, porque no estaba embarazada de María. Por cierto, yo no me encuentro en estado, aunque hay algunas revistas que están empeñadas en que Felipe sea padre de cuatro hijos. Pubícalo en el periódico.”

Se lo prometo. Después me oye decir: “Tu marido ha estado en el extranjero.” “Sí, veinte días” contesta. Se acerca Felipe y afirma contrariado: “Cierta prensa ha falseado la realidad, presentando mi estancia en el extranjero como un viaje de placer. He visitado seis países y he cogido más de cuarenta vuelos. En veinte días he hecho mucho por España y mucho por Hispanoamérica.”

(El padre de Carmen, médico militar del Ejército del Aire, pintaba al óleo en sus ratos libres. Fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla cuando era alcalde Juan Fernández, endocrínólogo muy vinculado a Carrero Blanco.)