martes, 8 de abril de 2014

Un hombre sin pistola

El ayudante del fiscal de Los Ángeles, la ciudad más poblada de California,  preguntó al fiscal español:
-¿Qué calibre tiene el arma que usa usted?
-Ésta.
Le enseñó un sencillo bolígrafo. Los dos se encontraban en Madrid, en un congreso sobre “La paz mundial por el derecho”. El hombre sin pistola era entonces teniente fiscal de la Audiencia Territorial de Sevilla. Me refiero a Alfredo Flores. Él sabía que la situación del fiscal norteamericano es un caso aparte por su nivel de vida y por los medios increíbles que tiene a su disposición. Y valoraba la situación del fiscal francés en el proceso, porque bajo  su supervisión se inicia la investigación policial y en todo momento la dirige. A aquellos congresistas extranjeros les resultaba inconcebible que un fiscal de Sevilla se enfrentase al año con más de 7.000 procedimientos criminales. Cifra que deterioraba  la eficacia de este funcionario público en perjuicio de la sociedad a la que sirve.