“Pocos conocen que, con sólo 16
años, vino a Sevilla Santiago Carrillo para parar el intento de golpe
de Estado que lideró el general Sanjurjo desde aquí, contra la II
República la madrugada del 10 de agosto de 1932”. Me lo ha contado José
Hormigo. Este ex dirigente del PCE era un buen amigo de Carrillo. Lo
consideraba entrañable. Cuando se veían le recordaba los ricos
garbanzos que se comió en su casa en 1992 preparados por Paula, su
mujer. Hormigo ha estado encarcelado 4 años 2 meses y 15 días, según
documento expedido por la prisión de Jaén. De su estancia en la
comisaría de Sevilla en 1971 guarda esta escena: “El jefe de la
Social, Martín, me dio un golpe en las sienes y caí redondo al suelo.
Dos policías me cogieron por los pelos y me arrastraron por un largo
pasillo. Después patadas en las corvas y ya de pie, sin soltarme de los
pelos, estrellaban mi cara contra una máquina de escribir.” Hormigo ha
tenido 13 novias formales. La última fue Paula, su esposa. Un abuelo de
Carrillo era de Sevilla. No le disgustaba el vino, según me ha dicho
Eduardo Saborido.