jueves, 10 de abril de 2014

Los concejales se echaron a temblar

El profesor José Hernández Díaz tomó posesión de la alcaldía de Sevilla el 2 de diciembre de 1963. Enseguida se le ocurrió hacer una innovación durante la Semana Santa, lo que le supuso que durante seis días seguidos le pusieran como un trapo en la prensa y en la calle, según reconoció él mismo. Su idea consistía en que cuando se detuviera el “paso” ante el palco presidencial, en la Plaza de San Francisco, un locutor leyera durante un minuto un texto alusivo a lo que representaba la imagen. Hay que reconocer que sesenta segundos pasan enseguida. Pero llegó una madrugada en la que los concejales que se encontraban en el palco presidencial se echaron a temblar, porque temieron que les ocurriera algo o que se alterara el orden público. Tenían razón. Al pasar la Macarena, el alcalde dijo al locutor que no leyera el texto, ya que él dirigiría unas palabras a la Virgen. Todos, temerosos, creyeron que iba a pronunciar una conferencia por su condición de catedrático de Historia del Arte y por sus numerosas publicaciones sobre la imaginería sevillana. Hernández Díaz no sobrepasó el minuto, pero pocos días después unos amigos le dijeron: "Vamos a dar un paseo en coche”. Y se lo llevaron por las calles de la ciudad donde más baches había.