jueves, 6 de febrero de 2014

Rafa, o la bondad con gracia

La muerte madrugó para hacer un guiño fatal a un profesor del Instituto Maese Rodrigo, de Carmona.
A veces, como se suele decir, la eternidad, o esa nube misteriosa, se lleva de este mundo, los frutos cuando se encuentran en su punto, sin tener presentes a quienes los sembraron. Es el caso de este profesor que se llamaba Rafael Martín Holgado. Una persona buena de 51 años, que estudió Biológicas para poder ejercer la docencia, que era su ilusión. Esto siempre lo tuvo bien claro. Lo oscuro se produjo el pasado martes, en el ala de oncología del Hospital Virgen del Rocío. Era un jornada de coincidencias: Pedro, su padre, cumplía  78 años. Hasta hace pocos días Rafa trabajó  con adultos  que querían obtener  el título de Secundaria. En las clases procuraba que estos alumnos aprendiesen y lo pasasen bien. Cuándo recientemente le pregunté: ¿Cómo estás?. Me contestó:

-Muy bien si hablamos de amor y trabajo. Estoy felizmente casado con la mujer que quiero y disfruto con lo que hago. Nuestro hijo es un encanto y no me faltan amigos. Respecto a la salud, regular, tengo menos pelos y  algunos dolores de vez en cuando porque estoy recibiendo un tratamiento con quimioterapia, pero intento que no interrumpa mi quehacer diario más de la cuenta. De hecho sigo trabajando, aunque igual es una forma de tratar de esconder el cáncer.