El fisioterapeuta posando con las atletas inglesas Lilian Partridge y Lauren Deadman antes de que comenzara el cross. Les hizo estiramiento de los miembros inferiores y movilizaciones articulares. |
-¿Cómo se comporta la mujer en su consulta?,
-Ellas lo tienen muy claro: la mayoría suele decirme “quítame el dolor, pero con calma, con suavidad”.
-¿El hombre?
-Los varones, en cambio, creen que tienen que sufrir terribles dolores para recuperarse antes. Esto es un gran error.
-¿Relaja a sus pacientes con música ambiental?
-Sí. Lo que oyen les sosiega y les conforta durante el tratamiento. Pero tengo una paciente, me refiero a mi querida Juani, con más de ochenta años, que prefiere que le ponga música de zarzuela.
Antonio Sánchez estudió fisioterapia en la Universidad de Sevilla. Está haciendo el doctorado y no deja de realizar cursos de especialización. El continuo aprendizaje es su hobby. Lleva en la profesión más de veinte años y forma parte de un grupo de investigación en la Facultad de su especialidad. Desarrolla su actividad profesional en una pequeña empresa, centrada en la fisioterapia convencional y deportiva. Atiende todo tipo de patología y pacientes.
-¿Le ha hecho alguna mala pasada su profesión?
-Todo lo contrario. La fisioterapia se adhiere a uno como la ropa a la piel y a veces me sorprendo mirando a la gente por la calle e incluso en TV. Y de un modo inconsciente e inevitable me veo haciendo un diagnóstico o una valoración de lo que observo.
-¿Por ejemplo?
-Como ejemplo atrevido diría lo que le ocurre a la presidenta de la Junta de Andalucía. Si se fija uno en su postura corporal, se advierte que tiene los hombros adelantados, anteriorización craneal y posible rectificación cervical.
-¿A qué está condenada si no pone remedio?
-A una cifosis dorsal, además de un problema de rotación cervical. Por supuesto, esta valoración necesitaría un estudio más profundo, pero ya puedo decir que si no se trata se agravará con el tiempo. Desde aquí la animo a que acuda a un profesional de la fisioterapia… No puedo evitarlo, supongo que es eso que se denomina deformación profesional.