lunes, 13 de enero de 2014

Frases embarazosas: Los “rompemítines”

Existe cierta vinculación entre personas con las facultades mentales  ligeramente perturbadas y determinados eventos culturales como presentaciones de libros, conferencias y tertulias literarias. Estos individuos, suelen hacer las más extrañas preguntas, que gozan de aceptación social porque hacen sonreír y relajar al auditorio. Nada tienen que ver estos individuos con los llamados “rompemítines”, palabra que también se aplica a quienes dan la nota en los actos culturales. Recientemente un espontáneo intervino en la presentación del último libro del ex presidente González  en la sede de la Fundación Tres Culturas. Hizo  una larga faena de aliño, a base de verdades, intentando descabellar al autor de la obra con preguntas como “¿por qué os llaman corruptos?”. Recibió más de tres avisos.
Hay “rompemítines” interesados. Por ejemplo, cuando el PP se llamaba Alianza Popular interrumpir hasta la saciedad un discurso político del adversario se cotizaba a 5.000 pesetas. Abundan los “rompemítines” desprendidos, entre los que destacan los que padecen inhibición del habla en sus casas. Pero escasean los “rompemítines” provocadores del ingenio ajeno: en  Norteamérica un señor, previo pago, entró en el recinto donde iba a pronunciar un discurso Abraham Lincol. Cuando nadie lo esperaba le gritó:
-¿Tengo que pagar un dólar para ver al hombre más feo de todo el país?
-Me temo, señor que usted pagó un dólar por ese privilegio, pero yo lo tengo gratis.
(La pregunta debió molestar mucho al que fue  decimosexto presidente de los Estados Unidos, porque de él se decía que tenía una vena de lavanda y la debilidad de las violetas de mayo).