Mató a palos y sin trucos a un
perro en la película “Furtivos” de Borau, porque a la actriz Lola Gaos
le reservaban papeles de mala. Quizá por su aspecto y por su voz.
Cuando intervino en “El sótano”, de Jaime de Mayora, tuvo como
compañero de reparto a un escritor gallego de treinta y tres años,
llamado Camilo José Cela.
─¿Qué no le ha ocurrido todavía?
─No he estado en la cárcel; no he sido maltratada físicamente y no estoy en una situación de miseria como están bastantes españoles. A pesar de todo, sigo siendo una persona privilegiada.
─¿Hay mucho teatro en la política?
─Pienso que hay muchísimo teatro, pero más que en la política en los políticos o, al menos, en algunos políticos.
─¿Sus ideas son claras?
─Sí. Soy una mujer de izquierda. No milito en ningún partido, pero estoy enteramente de acuerdo con un socialismo auténtico, al que todos debemos aspirar.
─¿Estuvo usted con los brazos cruzados durante el acto de homenaje a García Lorca?
─Nunca estoy con los brazos cruzados. En la prensa española salió una fotografía en la que yo aparecía con el puño en alto.
─¿Qué guardaba entre sus dedos?
─Nada. Era el saludo de un trabajador a sus compañeros y al pueblo.
─¿Los españoles se hacen daño unos a otros?
─Bastante y con una astucia que podría ser mejor empleada.
─¿Qué no le ha ocurrido todavía?
─No he estado en la cárcel; no he sido maltratada físicamente y no estoy en una situación de miseria como están bastantes españoles. A pesar de todo, sigo siendo una persona privilegiada.
─¿Hay mucho teatro en la política?
─Pienso que hay muchísimo teatro, pero más que en la política en los políticos o, al menos, en algunos políticos.
─¿Sus ideas son claras?
─Sí. Soy una mujer de izquierda. No milito en ningún partido, pero estoy enteramente de acuerdo con un socialismo auténtico, al que todos debemos aspirar.
─¿Estuvo usted con los brazos cruzados durante el acto de homenaje a García Lorca?
─Nunca estoy con los brazos cruzados. En la prensa española salió una fotografía en la que yo aparecía con el puño en alto.
─¿Qué guardaba entre sus dedos?
─Nada. Era el saludo de un trabajador a sus compañeros y al pueblo.
─¿Los españoles se hacen daño unos a otros?
─Bastante y con una astucia que podría ser mejor empleada.