miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un periódico menos en Sevilla

No quería ver lo que
estaba ocurriendo y
lo que iba a suceder.
Se despidió de sus lectores con un “hasta luego” el 23 de enero 1984. Era el vespertino “Nueva Andalucía”. Pertenecía a la misma empresa que edita EL Correo de Andalucía. José María Javierre, entonces con plenos poderes, estimó que lo mejor era que se dejara de publicar el diario de la tarde para levantar en vilo al decano de la prensa hispalense, hermano mayor de “Nueva Andalucía”. Dirigía el periódico Javier Smith, quien sabía la escasa difusión del rotativo que había visto la luz siete años antes. A los lectores se les comunicó en un comentario editorial que contribuir a la resurrección de El Correo aconsejaba, motivaba y justificaba la suspensión de “NA”.
En el último número, el  subdirector Francisco Anglada escribió en su columna “Plaza Nueva” que la vida es un puro adiós, una permanente despedida. Lola Domínguez contó que Amalio García del Moral había  pintado 170 veces la Giralda. El profesor de Psiquiatría Ortega Beviá  dijo al periodista que lo entrevistó que la pareja que no funciona bien de día no funciona bien de noche y que con la terapia familiar desaparecen desde los terrores nocturnos de los niños hasta los celos más terribles. Francisco Pérez Gandul, Paco Gil Chaparro. Emilio González y Juan Martín firmaban crónicas deportivas con fotos de Miguel Ángel León.
El periódico dio cuenta del fallecimiento de Guillermo Campanal y se publicó su último deseo: ser enterrado envuelto en la bandera del Sevilla. En Acapulco dejó de existir el primer interprete de Tarzan, el actor norteamericano Johnny Weismuller, y Lourdes Lucio hizo un comentario sobre el finado a su manera. Recordó que, siendo niña, en una actuación teatral, le tocó el papel de interpretar a Tarzan. Después de emitir los gritos reglamentarios tuvo el valor de matar con un mortero a un león de peluche.