lunes, 18 de noviembre de 2013

Se armó la de Dios

-¿Sabe usted lo que ha hecho?, preguntó el obispo auxiliar de Barcelona, monseñor Yubany, al padre Leonardo Castillo.
-No, señor.
El obispo era conocedor que la actriz Mary Sampere había organizado un festival folklórico para recaudar fondos con destino a la Escuela de Formación Profesional que estaba montando en Umbrete el padre Leonardo Castillo. Pero cuando se enteró de que el cura sevillano había llegado a la ciudad condal para asistir al espectáculo se armó la de Dios.
 -Piense, le dijo el obispo, que donde se va a representar el espectáculo es en el Paralelo, donde una casa sí y otra no, es de prostitución. Además debe usted comprender que Mary Sampere se gana la vida enseñando el físico.
-Yo traigo permiso de mi arzobispo de Sevilla. Y los organizadores del festival me han pagado el viaje hasta Barcelona.
El obispo ignoraba que dos días antes lo había recibido en el aeropuerto el marido de Mary Sampere y lo había llevado directamente al Teatro Cómico, en el Paralelo, donde estaban representando una revista con tres erres. Iba vestido con sotana, manteo y llevaba puesta la canoa,  que así se llamaba el sombrero de los curas. Y cuando entraron en el camerino de la actriz las coristas le miraron horrorizadas.
-¿Cómo empezaron la Escuela de Formación?
-En una cuadra. Tenía pesebre, el suelo estaba empedrado y arriba había una parte que servía para colocar la paja y el grano. Y cuando ya funcionó, recuerdo ciertas visitas de la policía, que se presentaba allí para preguntarme si tenía escondidos a gente de Comisiones Obreras. Yo les contestaba que las puertas del centro estaban abiertas de día y de noche y que yo no pedía a nadie ni el carné de identidad ni sus ideas políticas.
-¿Era verdad?
-Sí. Lo mismo iba gente del Opus Dei, de la OJE, que de Comisiones Obreras. Allí se preparó la manifestación de albañiles que tuvo lugar en Granada y en la que hubo muertos al ser disuelta por la Fuerza Pública.
-¿Es usted un cura viajero?
-He visitado más de cuarenta países sin gastarme una peseta.
 -¿Cómo se consigue eso?
-Cada viaje ha sido un premio que me ha dado el Señor después de cada año de trabajo. Más de una vez he dicho, en broma, que soy uno de los pioneros de la teología del ocio.
(En la foto aparece el padre Leonardo, que tiene a su izquierda a María del Monte)