domingo, 24 de noviembre de 2013

La soledad y el pánico

Abrió el cajón de su mesa y sacó una foto en la que aparece Yale encendiendo el cigarrillo que Manuel Benítez El Cordobés aprieta con los labios. El periodista Felipe Navarro García, conocido profesionalmente como Yale, recordaba que había dado candela muchas veces al torero de una manera real y de palabra porque le consideraba un hombre apasionante. Le interesaba la soledad de El Cordobés y su enorme cobardía.  Y no se arrepentía de decirme que la gran tragedia del torero es que se morirá de pánico, de sentirse solo y rodeado de tanta gente.
 Yale bostezó. La noche anterior había celebrado el aniversario de algo muy importante para él: por fin se había enamorado con la cabeza. Como paisano de Manuel Benítez siente que tiene un poquito de sangre senequista. “Me he cultivado casi de una manera...” No daba con la palabra. ¿Autodidacta? “¡Eso!”. Y añade: “Al principio me propuse ser periodista, pero luego mi ambición creció de tal manera que me propuse ser Yale, que es un hombre que muriéndose de miedo, hace esfuerzos inauditos para aparentar lo contrario”.
─¿Cuánto tiempo se tarda en odiarte?
─Simplemente dos minutos.
─¿Y en apreciarte?
─Una semana.
─Lo siento. Hemos conversado menos de media hora.