El actual
tesorero de la Asociacion de la Prensa de Sevilla, José María
Gutierrez García “Guti” trabajó con Jesús Quintero. Le pregunté si el
Loco de la Colina lo había hecho más cuerdo. Esta fue su respuesta:
-Para mí fue una auténtica escuela de periodismo en mis más remotos inicios en esta profesión en 1982. Hacía un programa muy cuerdo, lo único loco era el título. Creo que fue el programa donde mejor se ha practicado el género de la entrevista, que es el género que más me gusta del periodismo.
Tiene razón “Guti”. Por algo, una de las aulas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga se llama Jesús Quintero cuya foto aparece en este comentario. Data de los años en los que el famoso y popular periodista quizá rezase como uno de sus poetas predilectos: “Ahí andamos, Señor… Vengo de los cerros donde muere el sol.” (Walt Vhitman)
En los cerros, en la colina, el Loco conseguía un climax que sólo tres personajes, a los que entrevistaba, se lo rompían: Manuel Fraga Iribarne que no paraba de mirar el reloj; Enrique el Cojo que cada tres minutos se levantaba para ir a mear y el poeta argentino Atahualpa Yupanqui que se enfadó. Esto se lo contó el propio Quintero a Vázquez Montalbán. Por supuesto que el argentino no cantó en aquel programa aquello de “Hay una cosa en la vida más importante que Dios: y es que naide escupa sangre, pa' que otro viva mejor.”
-Para mí fue una auténtica escuela de periodismo en mis más remotos inicios en esta profesión en 1982. Hacía un programa muy cuerdo, lo único loco era el título. Creo que fue el programa donde mejor se ha practicado el género de la entrevista, que es el género que más me gusta del periodismo.
Tiene razón “Guti”. Por algo, una de las aulas de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga se llama Jesús Quintero cuya foto aparece en este comentario. Data de los años en los que el famoso y popular periodista quizá rezase como uno de sus poetas predilectos: “Ahí andamos, Señor… Vengo de los cerros donde muere el sol.” (Walt Vhitman)
En los cerros, en la colina, el Loco conseguía un climax que sólo tres personajes, a los que entrevistaba, se lo rompían: Manuel Fraga Iribarne que no paraba de mirar el reloj; Enrique el Cojo que cada tres minutos se levantaba para ir a mear y el poeta argentino Atahualpa Yupanqui que se enfadó. Esto se lo contó el propio Quintero a Vázquez Montalbán. Por supuesto que el argentino no cantó en aquel programa aquello de “Hay una cosa en la vida más importante que Dios: y es que naide escupa sangre, pa' que otro viva mejor.”