lunes, 21 de octubre de 2013

Las esperanzas cotidianas del español

El río para por Coria
Vas a ver a Laín Entralgo, le preguntas cómo es el español y te dice que menos utópico y mesiánico que antes. A él le parece bien lo que dice porque el español ha ido cobrando un cierto apego a la vida de cada día y al bienestar. Si sientes curiosidad por saber si estamos apegados a la esperanza, te saca de dudas: Somos un país de grandes esperanzas absolutas y de módicas esperanzas cotidianas.Y te  pone la guinda de una cita de Ortega: El español abriga las esperanzas cotidianas como si temiese que se les muriesen de frío. 

Laín Entralgo pasó calor en Sevilla cuando trabajó como médico en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Se casó con una sevillana: Milagros Martínez que fue una de las primeras españolas que lograron licenciarse en Ciencias Químicas. Él también lo es. Confesó al periodista lo que deseaba para los hombres de entonces y del futuro: Que supieran enlazar armoniosamente la libertad, la justicia social y la eficacia científica y técnica. En 2001, año en que falleció este filósofo e historiador, la Comunidad de Madrid creó la Agencia Laín Entralgo para que formara a los especialistas en Ciencias de la Salud. En enero de 2013 fue cerrada para siempre. Se encontraba en la Gran Vía. Parodiando a Francisco Umbral se puede decir que la famosa avenida fue hecha por Alfonso XIII, los Sabatini del momento y  un albañil de Jaén, que era el que se lo curraba.