lunes, 5 de agosto de 2013

¿Se drogan los toreros?

El doctor Miguel Ríos Mozo vio desde la barrera de una plaza de toros del norte algo que le sorprendió. Así lo cuenta: Uno de los matadores, con la cara crispada y descompuesta,  se dirigió a su mozo de espadas y le dijo:”Dame eso”. El mozo le dio algo que el torero masticó y  lo colocó debajo de la lengua. Me extrañó tanto aquello que al salir de la corrida se lo comenté a un amigo del torero. El amigo me dijo que  lo que había tomado  era una anfetamina de absorción rápida por vía sublingual con el fin de recibir rápidamente un impulso para lidiar el difícil toro que le había tocado. Éste es el único dato que tengo de las drogas en el mundo de los toros, sin que ello sea muy seguro porque me lo contó un amigo del torero.
-¿Qué se busca en la droga?
-Un mundo mejor.
-¿Qué se encuentra?
-Un infierno peor.
El doctor Rios Mozo no cree que el torero sea una persona con tendencia a drogarse para ejercer su profesión. El toreo exige más ciencia y arte que esfuerzo y para desarrollar ambas cosas el ser humano necesita estar muy templado y muy equilibrado. Un torero puede ser drogadicto independientemente de su profesión.
-¿Se imagina que se impusiera un análisis para averiguar si los toreros se drogan?
-No podría imponerse con demasiado rigor, porque una corrida de toros no es lo mismo que una vuelta ciclista, en la que el vencedor que se  ha drogado  ha birlado el primer puesto a otro. En los toros el que se droga no perjudica a un compañero, perjudica solamente a su salud.
(Don Miguel Ríos Mozo falleció el 22 de febrero de 2003. Este gran aficionado a los toros, en los últimos años de su vida, iba a la Real Maestranza en silla de ruedas).