lunes, 5 de agosto de 2013

El pueblo contra Rajoy (todavía no)

En diciembre de 1974  Jesús Hermida, corresponsal de TVE en Nueva York, pasó unos días en España para presentar su libro “El pueblo contra Richard Nixon”. Hacía menos de cuatro meses que Nixon había dejado para siempre la Casa Blanca por el escándalo Watergate.
Hermida visitó El Correo de Andalucía. Lo acompañaba Antonio Navalón, que entonces trabajaba en  Radio Sevilla.
-¿Le has enviado un ejemplar al ex presidente?
-No se me había ocurrido. Se lo enviaré, pero no creo que le guste. Mi libro no es anti-Nixon, porque Nixon pasó. Es un canto a la democracia norteamericana
Nixon llegó a pedir un poco de caridad a la historia, según Felipe Sahagún, porque iba a pasar a la posteridad como el hombre del Watergate y no como quien gobernaba EE.UU. cuando el hombre pisó la luna.
Bárcenas es el responsable de que Mariano Rajoy no sea recordado como el político de los hilillos de plastilina.
 
Extraño regalo

El  Gobierno de Adolfo Suárez no tenía la costumbre de enriquecer a su equipo de confianza con sobresueldos al estilo Rajoy. Pero sí la usanza de hacer pequeños regalos en determinadas ocasiones. Por ejemplo cuando Ignacio Camuñas dejó de ser ministro de Relaciones con las Cortes recibió un reloj. Y he sabido por Alfonso Lazo la pequeña historia  de un obsequio que Jiménez de Parga, titular de la cartera de Trabajo, hizo a un destacado sindicalista: “Le ofreció un frasco de colonia varonil, pero no sé si lo aceptó”. (¿Se  imaginan a Cándido Méndez en ese aprieto?) Poco tiempo después se oía decir a militantes del  PSOE  que “la derecha no usaba  cinturón porque así no se lo tenía que apretar”.  Como era una alusión directa a los tirantes rojigualdos de don Manuel Fraga, éste dejó de ponérselos.