Isabel
escribió en una hoja impar de su inseparable libreta varias palabras
con su pluma estilográfica. Las letras eran negras y menudas. En la
hoja par se veía un párrafo escrito con bolígrafo rojo. A simple vista
parecía que clasificaba sus pensamientos en negros y rojos. Sólo se
trataba de de un reflejo fiel del orden que preside su vida.
Isabel Parreira es licenciada en Lenguas y Literaturas Modernas. Nació en una ciudad del distrito de Coimbra: en Figueira da Foz. Ha publicado varios libros de cuentos. Vive en Lisboa. Enseña inglés en lo que en España llamamos Instituto de Enseñanza Media.
-¿Cree que los cuentistas son los jíbaros de la novela, en el sentido de que van al cuento con una mentalidad novelística?
-No estoy de acuerdo. Hay grandes novelistas, dramaturgos y ensayistas que también escribieron cuentos. Por ejemplo, Herman Hesse escribió “Cuentos Maravilloso” y Franz Kafka tiene textos que podrían considerarse cuentos, aunque muchos de ellos son anotaciones de ideas y de proyectos.
-¿Exige mucho a un cuento para calificarlo de bueno?
-Que la historia me atraiga desde el principio. Que me describa un lugar, una persona, una situación... de forma que yo pueda imaginarlos. No me gusta que me diga todo, sino que me induzca a tomar mis propias conclusiones.
Isabel Parreira es licenciada en Lenguas y Literaturas Modernas. Nació en una ciudad del distrito de Coimbra: en Figueira da Foz. Ha publicado varios libros de cuentos. Vive en Lisboa. Enseña inglés en lo que en España llamamos Instituto de Enseñanza Media.
-¿Cree que los cuentistas son los jíbaros de la novela, en el sentido de que van al cuento con una mentalidad novelística?
-No estoy de acuerdo. Hay grandes novelistas, dramaturgos y ensayistas que también escribieron cuentos. Por ejemplo, Herman Hesse escribió “Cuentos Maravilloso” y Franz Kafka tiene textos que podrían considerarse cuentos, aunque muchos de ellos son anotaciones de ideas y de proyectos.
-¿Exige mucho a un cuento para calificarlo de bueno?
-Que la historia me atraiga desde el principio. Que me describa un lugar, una persona, una situación... de forma que yo pueda imaginarlos. No me gusta que me diga todo, sino que me induzca a tomar mis propias conclusiones.
-Hablar de cuentos es acordarse de los niños.
-Yo
también he escrito cuentos para mayores. ¿Pero qué sería de los niños
si no hubiera cuentistas? El primer contacto que tienen ellos con 1a
literatura, la cultura y su lengua, es lo que los padres les leen desde
muy temprana edad, generalmente a través de cuentos o historias
populares.
-¿Cómo deben escribirse las narraciones para los pequeños?
-Saramago
escribió “La flor más grande del mundo”, un cuento en el que decía:
“Las historias para niños deben escribirse con palabras sencillas,
porque siendo pequeños, los niños conocen pocas palabras y no les gusta
usar las complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero
nunca he sido capaz de aprenderlo y lo siento.”
-¿Cómo es usted?
-Soy
por naturaleza una persona frontal, casi siempre hablo con el corazón
muy cerca de la boca, lo que me trae a veces algunas dificultades. La
libertad de expresión también tiene su precio ¿verdad?
-¿Qué es lo que realmente quiere en la vida?
-¡Vivir! Vivir cada día. Y no pienso que “mañana es otro día", sino que "mañana es un nuevo día”.
-¿Su escritura?
-Es el resultado de mi sed de conocimiento, de descubrir cosas nuevas cada día.
-¿En cuantos idiomas sueña?
-Como
decía un poeta portugués, "siempre que el hombre sueña, el mundo salta
y se mueve hacia adelante." Lo importante es soñar, no importa el
idioma, porque el sueño en sí mismo tiene un lenguaje propio… Yo sueño
dormida y despierta.
-No me ha contestado.
-Hablo el portugués,
por supuesto, hablo inglés, francés, español y alemán. Leo italiano con
cierta facilidad, aunque no hable mucho. Euskara, nada, con mucha pena
mía. Catalán, entiendo lo que está escrito. Gallego, mucho; es lo más
parecido con el portugués. Castellano me resulta muy bien con
frecuencia.
Isabel Parreira ha investigado en el teatro del absurdo:
Eugene Ionesco y Samuel Beckett. Ella sabrá que uno de los dos dijo:”
¡Ah, las viejas preguntas, las viejas respuestas, no hay nada como
ellas!” El otro aconsejaba esto: “Describe un círculo, después
acarícialo y se convertirá en un círculo vicioso”. Y ahora lo siento
por el marido de la entrevistada, el pintor Carlos Santos Marques. “El
arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil”.
Son palabras de Ionesco.
-¿Qué tal se lleva con el humor?
-Me
gusta cuando una historia me ofrece pasajes llenos de humor. Es un
ingrediente con lo cual me identifico muchísimo. Y cuando digo humor,
no me refiero a la simple broma que, unas palabras después es de nuevo
explicada, como si no hubiera ninguna inteligencia por parte de
aquellos que la leen.
-Gracias, Isabel. ¡Adiós!
-Le voy a ser sincera. No me gusta la palabra adios para las despedidas. Prefiero que me diga “¡hasta ahora!”