Aquel año de 1972 Rocío Martín ganó el
certaman de “Miss España”, Y en Granada falleció un vecino de Carrión
de los Céspedes que fue el último verdugo titular de la Audiencia
Territorial de Sevilla. Se llamaba Bernardo Sánchez Bascuñana. Había
ejercido su oficio en diecisiete ocasiones. Entonces la Audiencia
Territorial tenía su sede en la plaza de San Francisco y muy cerca se
encontraba la Asociación de la Prensa de Sevilla. La Audiencia se
trasladó al Prado de San Sebastián y la Asociación se encuentra ahora
en la calle Torneo. Las dos entidades ya no son vecinas. Pero el
Barómetro de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas las
ha acercado.Periodistas y jueces viven ahora en una estación de
servicio, abandonada, con seres en peligro y seres peligrosos, porque
son los profesionales peor considerados.
Aquel año de 1972 Manolo Lorente dirigía la revista gráfica “Sevillismo”.
-He pensado en ti para que entrevistes a “Miss España 1972”. Nos espera esta tarde en el Sánchez Pizjuán, me dijo.
Aquel año de 1972 Manolo Lorente dirigía la revista gráfica “Sevillismo”.
-He pensado en ti para que entrevistes a “Miss España 1972”. Nos espera esta tarde en el Sánchez Pizjuán, me dijo.
-¿Por qué allí?, le pregunté.
-Porque es la novia de un jugador sevillista, que ahora está cedido al Tarrasa.
Rocío
Martín vestía para la ocasión camiseta blanca con el número seis a la
espalda, pantalón de chándal y botas deportivas. Hacía buena tarde y
posó en el estadio para el fotógrafo Infantes, con un balón de
reglamento. Recuerdo que le pregunté si a ella le iría bien jugar en la
delantera. “Sin duda alguna. Creo que lo haría bien” respondió.
Por
la mañana de aquel día Manolo Lorente había estado en el Ayuntamiento
con Fausto Botello y otros compañeros para cubrir la información del
pleno municipal.
Al salir de la Casa Consistorial comentó Fausto
que estaba escribiendo “Elegías de Oromana”. Como en aquel tiempo el
Sevilla entrenaba en los pinares de Oromana creíamos que se trataba de
un libro sobre fútbol. Fausto sonrió.
Al año siguiente vio la luz el libro. Nada de goles. Era todo poesía. Para muestra esta oración:
“Cuando quedes a solas con tu alma
Háblale a Dios de mí, dale mis señas.
Es un muchacho triste, dile, que tiene
Nubes y golondrinas en su pecho.
Que se muere de amor todas las tardes
Deshojando poemas a la ausencia”.