domingo, 10 de febrero de 2013

Programa contra la pobreza y programa contra los ricos

La entidad “A”, sin ánimo de lucro, dedica mensualmente una cantidad de dinero para ayudar a varios socios que han perdido el trabajo y lo están pasando muy mal.
El socio “B”, cuando solicitó ayuda y se la concedieron, advirtió que le enviaran el sobre con los vales para comprar alimentos en el supermercado WW al apartado de Correos número 2XX. A los quince días comunicó telefónicamente al responsable de la entidad que, hasta nuevo aviso, dejara en suspenso el envío postal porque daba la coincidencia de que el funcionario de Correos que le atendió la última vez  le conocía de vista y era persona muy dada a la especulación y al chismorreo.
Pasó una semana y el socio “B” puso en conocimiento de la entidad una nueva fórmula para continuar recibiendo discretamente la ayuda. Fórmula que les facilitó por escrito en una carta llena de agradecimiento. En uno de los párrafos decía “como se que el administrador frecuenta la Biblioteca “YY”, creo que no le supondría un trabajo extraordinario llevar el sobre con los vales hasta allí y seguir mis indicaciones…”

El administrador, buen lector, cuando se dirigía a la Biblioteca pensaba que la vergüenza hace al hombre menos libre. Compadeció al socio “B” y lo comprendía. Se acordó de lo que había subrayado en “Pabellón de oro” de  Yukio Mishima: “Si no existieran los otros no se sabría qué es la vergüenza”
Al llegar buscó, en la sección de historia, el libro titulado “El soborno en la Castilla medieval”. Lo encontró en lo más alto de la estantería. Era un volumen pesado, de 1.300 páginas. Entre la número 300 y 301 colocó el sobre a nombre  del socio “B”, según las instrucciones del mismo, .y se dirigió a la mesa destinada a la lectura de periódicos. Se limitó a leer los titulares de las portadas: “Dimite la ministra de Sanidad, Ana Mato, por cuestiones de salud”. “El Gobierno estudia un  programa contra la pobreza”. “Rubalcaba ha elaborado un programa contra los ricos”. “Iñaqui Urdangarin se apunta al paro”.
Al salir de la biblioteca el administrador de la entidad “A” no se percató del letrero que avisaba de que el centro permanecería cerrado durante un mes a partir de mañana, por obras de reforma.