miércoles, 6 de febrero de 2013

Cuando falla toda la sociedad española

Es sevillano. Tiene 39 años. Fue catedrático de Historia Contemporánea Universal y de España de la Universidad de Córdoba. Su padre, huérfano de madre, fue analfabeto hasta los veinte años. Su abuelo, pastor en Higuera de Calatrava, murió sin saber lo que era una cama, en el más literal de los sentidos.
-Profesor Cuenca Toribio, suponga que en un examen escrito pregunta usted si la guerra civil española fue evitable. ¿Qué contestarían sus alumnos?
-La inmensa mayoría diría hoy que fue evitable.
-¿Con qué nota calificaría esa respuesta?
-Con un simple aprobado.
-¿A quién daría matrícula de honor?
-Al que dijese que la guerra civil fue un fallo de toda la sociedad española.
-¿Qué primicia de la guerra  me puede dar?
-Los historiadores somos personas un tanto escépticas, porque le vemos la trampa a todo y sobre la guerra civil, hoy, entonces y después hubo muchas trampas que, para mi dolor, seguirán por mucho tiempo sin poder ser descubiertas.
-¿Es usted monárquico?
-Nunca lo he sido, porque tengo una veta social muy profunda que nunca se ha compaginado con la monarquía, aunque la actual goza de toda mi admiración por lo que ha servido funcionalmente como institución.

-¿Cómo se conduce por la vida?
-Siendo leal a mis sueños de niño.
-¿Quién fue el protagonista de su tesis doctoral?
-El cardenal Inguanzo, arzobispo de Toledo, la mayor figura de los ultras eclesiásticos de fines del siglo XIX.
-¿En otras palabras?
-El reaccionario más inteligente.
-¿Qué miembro del tribunal elogió más tu tesis doctoral?
-Don Manuel Giménez Fernández. Alabó mucho mi trabajo.
-¿Cómo se conduce usted por la vida?
-Siendo leal a mis sueños de niño.
(En nuestro triste 2013 casi toda la sociedad española está fallando. Unos, por sumisos; otros por ladrones; abundan los mentirosos, escasean los honrados; los justos, por oficio, cometen injusticias. Y, como siempre, los trepas están al acecho en las esquinas de la historia venidera). He repetido una pregunta. Quizá porque no me creía la respuesta que me dio el profesor Cuenca Toribio.