domingo, 13 de enero de 2013

Variedad de tactos

El doctor Elías Cañas
Entre la agresión y la caricia existe una gran variedad de tactos, afirma Sebastián Serrano, catedrático de lingüística general de la Universidad de Barcelona.
Por ejemplo, el presidente de gobierno, Mariano Rajoy, se tocaba, no se sabe dónde,  las gónadas mientras el Príncipe asistía al funeral por el sargento muerto el pasado viernes en Afganistán al intentar desactivar un artefacto. Felipe acarició el alma de los familiares de la víctima al abrazarlos o besarlos.
Rodrigo Rato tocó la campana en el mercado de valores de Madrid cuando Bankia salió a Bolsa. Se presentó vistiendo traje verde como el color de las letras del cartel publicitario de la entidad bancaria. Así que no se trataba de una alusión al color de ciertos ornamentos litúrgicos de la iglesia católica, aunque parecía que llamaba a misa a los que pensaba engatusar.
Nos recuerda el profesor Serrano que somos descendientes de unos primates que dedicarían el quince o el veinte por ciento de su tiempo a tocarse unos a otros con toda tranquilidad.
Hemos evolucionado. Javier Arenas ha tocado sin parar el acordeón del tiempo,  esperando, como agua de mayo,  la presidencia de la Junta de Andalucía hasta que llegó  el chaparrón de Griñán y Valderas y se fue con la música a otra parte.


- Córdoba ha puesto a disposición de todos los ciudadanos un muro para que los que lo que lo deseen pongan en él una pintada muy íntima: que escriban lo que quieren hacer antes de morir. Para que el muro resista me he permitido invitar a Mario Benedetti que lo haga y éste ha sido el resultado:
"Tengo un mañana que es mío
y un mañana que es de todos.
El mío acaba mañana
pero sobrevive el otro."

- En Madrid  sigue, con razón, la “marea blanca” contra la privatización de la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud.
En Sevilla hay bonanza y tiempo para la reflexión.
"El Sistema Público de Salud es un logro social al que, colectivamente, no debemos renunciar, por mucho que la generación de políticos miopes y sin visión de Estado que nos ha tocado sufrir en la actualidad estén empeñados en mercantilizarlo, desmantelarlo y venderlo por parcelas" manifiesta el doctor Elías Cañas García-Otero, que trabaja en el Hospital Virgen del Rocío. Atiende fundamentalmente a personas con enfermedades infecciosas.
-¿Qué le llevan los pacientes?
-La necesidad de alguien que los escuche y empatice con ellos.
-¿Cómo?
-Poniéndonos en su lugar, dando a sus problemas la importancia justa y haciéndoles ver que vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para intentar solventar su dolencia.
-¿Dónde se aprende la empatía?
-No se aprende en los libros, sino en el día a día, y por eso esta profesión, por encima de los adelantos técnicos, seguirá constituyendo, para quien la ame, un desafío nuevo cada mañana.