lunes, 14 de enero de 2013

“El plano ha resultado bellísimo”

Emilio Segura pidió en el Bar Chicote un vermouth. Sabía el tiempo que debía transcurrir entre sorbo y sorbo para que le durara dos horas. Vestía un traje que acababa de sacar de una casa de empeño. La noche anterior había dormido sobre una mesa de billar. Cuando oyó discutir detrás de él sobre el mercado de la Encarnación, volvió la cabeza y vio a  dos  respetables caballeros a los que dijo:
-Perdone que me meta en la conversación.
Uno de ellos le preguntó:
-¿Es usted de Sevilla?
-Sí, señor.
-¿Vive allí o pasa más tiempo aquí?
-Vivo allí.
-Siéntese aquí con nosotros.
-Con mucho gusto.
-¿Y qué le ha traído por el Chicote?
-Intento trabajar en el cine o en el teatro, sin dejar de seguir mis estudios de abogado.
-Eso es una vida muy difícil.
-Tiene razón.

-¿De qué barrio es usted?
-No soy de ningún barrio típico de Sevilla. Soy de la calle Cuna.
-En la calle Cuna viví muchos años. En el número 27.
-Yo, en el 20.
-En el 20 quien vivía era don Manuel Segura.
-Ese es mi padre.
-¿Pero qué está usted diciendo? Si don Manuel es como mi segundo padre. Yo no hubiera sido nadie si él no me hubiera ayudado cuando me quedé huérfano. Dígale cuando lo vea que ha estado hablando con el autor del libreto de la zarzuela “La del Soto del Parral”. Me llamo Luís Fernández Sevilla.
El otro respetable caballero era el pintor sevillano Manuel Gutiérrez Navas, guionista de cine, dramaturgo y crítico de arte. Sus palabras entusiasmaron a Emilio Segura:
-Vete con tranquilidad a tu casa. Engorda un poco y dentro de dos meses vente por aquí. Te voy a dar un papel en una película que vamos a rodar en Madrid con capital de Huelva. Será una película sobre la rendición de Granada. Mary Carrillo hará de reina. Tu papel será de doncel de la reina.
(Durante el rodaje el doncel  se vio obligado a realizar un trabajo que no figuraba en el contrato: doblar a un actor en una escena peligrosa. Vestido con una pesada armadura montó un caballo, del que se tiró en el borde de un cerro. Cuando el animal se sintió sin jinete  se fue derecho al operador que era italiano y lo atropelló. Cuando llevaban en camilla al operador, todo ensangrentado, decía: “El plano ha resultado bellísimo” Emilio estuvo hospitalizado siete días  a consecuencia  de las magulladuras).