domingo, 20 de enero de 2013

Los oyentes le enviaban alpiste para el pájaro

Reseña de ABC del 22.4.88
Emilio Segura llevaba  veinte  años de locutor en Radio Nacional de España cuando comenzó a ser famoso. Tenía sesenta años. Locutor sin dar la cara y dándola, porque él empezó las emisiones “cara al público” con otros locutores como López Murcia, Alfonso Contreras, después con Bustamante y más tarde con Agustín Embuena. Entonces los locutores  vestían  muy bien para dar carácter de espectáculo a la emisión. Lo mismo se presentaba Antonio Gamito con la delantera del Sevilla que el padre de Alfonso Braojos se traía a Mondeño, el torero,  y se les entrevistaba. En una de estas emisiones comenzó  Rocío Jurado. Llegó de Chipiona, vestida de negro.
-¿Luto?
-Se le había muerto el padre.
-¿Resuelta?
-Le daba mucha vergüenza cantar. Entonces cantaba flamenco. Lo hacía muy bien.
-¿Qué programa te hizo famoso en toda España? 
-“El barbero de Sevilla”.
-¿Quién te montó la barbería?
-Alejo García, al que conocí el año que él retransmitió el Gran Poder y yo el Calvario. Y otros compañeros radiaron las demás procesiones de la madrugada.

-¿Tuvo suerte el Calvario contigo?
-Yo la tuve con el Calvario, porque yo no soy el locutor más adecuado para radiar la salida de la Macarena o la de la Esperanza de Triana, cosas que hacen muy bien López Murcia o Bustamante.
-¿Y Alejo García?
-Me dijo que se había emocionado mucho. Y a los pocos días se presentó con Eduardo Sotillos en Radio Nacional y comenzó a idear lo de “El barbero de Sevilla”. Hubo un periodista sevillano, cuyo nombre sólo te lo voy a decir a ti, que se comprometió a hacer el guión, pero el día antes nos dejó colgados y se inició el programa improvisadamente.
-¿Cómo es la barbería?
-Es muy modesta. Hay unas tijeras que hago sonar, el canto de un canario que está grabado en cinta y el alpiste que me mandan los oyentes para el pájaro.
-No lo dejes volar.