domingo, 16 de diciembre de 2012

El castillo más hermoso de España

La historia de la Torre de don Fadrique, hijo de Fernando III el Santo, no surgió en la charla con el que fue presidente de la Asociación de Amigos de los Castillos, Gabriel Alomar Esteve, arquitecto y urbanista de Palma de Mallorca. La torre, picadero personal de don Fadrique, se encuentra, arrepentida, en el patio del convento de Santa Clara.
-¿Dónde hay menos castillos en España?
-En Castilla.
-¿Elija uno en el que se pudiera  planear el fin del chabolismo en nuestro país?
-En todos, porque uno de nuestros lemas dice: “No para la guerra sino para la paz”.
-¿La razón de más peso que tiene la Asociación Española de Amigos de los Castillos para seguir existiendo?
-Usted sabrá que el Santo Grial  es la copa que usó Jesucristo en la última cena.  Por cierto, el fundador de las SS visitó el monasterio de Montserrat porque creía que los monjes benedictinos la escondían. Pues bien, la razón de más peso de la Asociación es espiritual: defendemos  el tesoro que guardan y que representan los castillos, es decir  el Santo Grial de la Cultura y del Humanismo.

-¿Dónde escribiría  más a gusto  una carta de amor?
-En el castillo más  hermoso de España,  el que está a las afueras de la villa segoviana de  Coca. En esta fortaleza estuvo preso en el siglo XVII el duque de Medina Sidonia, condenado por proclamarse rey de Andalucía.
-Pues en  1969  la “duquesa roja”, es decir la  XXI duquesa de Medina Sidonia, Luisa I. Álvarez de Toledo, pasó una temporada en la cárcel de Alcalá de Henares por promover una manifestación cuando el accidente nuclear de Palomares, que Fraga quiso minimizar,
  (Existía una gitana en Coca, que se subía todos los días a un árbol para ver cuándo fusilaban a su novio que también era gitano. Ella fue la que preguntó, desde su  escondite,  a un grupo de  mujeres y hombres que buscaban a sus familiares “¿adónde  van?”,  “a ver qué han hecho con los de Coca”, le respondieron. “Pues vuélvanse que ya están muertos todos. Han muerto con el puño en alto, menos uno gordo que ha dado la espalda…” Así  lo contó  Lorenza, una mujer de 74 años, a Antonio Fontecha y a dos compañeros más que preparaban  un estudio sobre la vida en la zona franquista durante la guerra civil).
-¿Ha matado James Bond a todos los fantasmas que habitaban  los castillos de su niñez?
-La sugestión del pasado no puede morir y menos si este pasado está encarnado en estos monumentos.
-¿Cuál de ellos carece de  antecedentes penales?
-Ninguno. Pero si  antes sirvieron para sangrientos hechos de armas,  ahora sirven como lazo de convivencia y de paz.
-¿No le recuerda a la guerra una fortaleza en ruinas?
-Es más bien un monumento a la paz, lo mismo que un cañón en el que toma el sol una lagartija.
 (Un primo del arquitecto  Gabriel Alomar Esteve, que era sacerdote, fue fusilado en las tapias del cementerio de Palma,  tras un consejo de guerra, por rebelarse contra el golpe de Estado del 18 de julio. Cuenta Frances M. Rotger  que este sacerdote no veía con buenos ojos a los seguidores de Juan March, el banquero que financió la sublevación franquista. Juan March fue el primer cliente que tuvo el arquitecto. Este falleció en 1997 casi con noventa años, arrepentido de haber trabajado para Juan March).