jueves, 1 de noviembre de 2012

El maestro Tejera

Acudí al bar desde donde Manuel Pérez Tejera veía los atardeceres en compañía de su esposa y de algunos de sus amigos. El director de la Banda de música que lleva su segundo apellido había cumplido ochenta años y amenizado en la Real Maestranza más de dos mil corridas.
-¿Le han intentado sobornar alguna vez?
-Sí, señor.
-¿Quién?
-El apoderado de un gran torero de Despeñaperros para arriba.
-¿Recuerda la táctica que empleó?
-Me estrechó la mano con un papel extraño que no quise mirar.
-¿Qué le dijo usted?
-Que, como sabía que no me iba a regalar un chalet en la Palmera, le devolvía aquello porque quería seguir tocando en la Maestranza con la frente muy alta.
-¿Por cuánto?
-Por cada espectáculo cobramos dos mil pesetas que nos repartimos entre los veintiocho músicos que tiene la Banda. Como comprenderá, todos tocan por afición a la música y a los toros. Algunos de ellos son zapateros. Hay varios contables. Los menos tienen camiones de transportes y otros son maestros albañiles.
(Era el año 1968 cuando charlé con Manuel Pérez Tejera. Unos meses antes había sido bendecido e inaugurado El Corte Inglés en Sevilla. Su presidente, Ramón Areces, manifestó que un directivo de la empresa  ganaba más que un ministro. Apedrearon los escaparates no por esas palabras sino por una metáfora también inoportuna: los maniquíes que exhibían las prendas de ropa eran cerrados de pitones, como si la cornamenta representara a Sevilla por tener la Real Maestranza).

-¿A qué torero le ha tocado un pasodoble con más gusto?
-A Manolo González.
-¿Por qué?
-Era el que más se parecía a Joselito el Gallo.
-¿Estuvo a punto de perder la afición a los toros en alguna ocasión?
-Precisamente cuando murió Joselito.
-¿Le han brindado algún toro?
-Juan García “Mondeño” aquella vez que se retiró.
(Se refería el maestro Tejera a cuando el torero ingresó en el convento noviciado que los padres dominicos tienen en Caleruega (Burgos). De allí salió al año y medio, sin el rabo  el rabo entre las piernas y dispuesto a seguir cortando orejas. Consiguió una en su reaparición en Barcelona en 1966).
-¿Tiene siempre razón el público cuando le pide música?
-En las novilladas suelen pedirla por capricho. En las corridas serias la afición sabe el momento en que el torero se merece que se le alegre la faena.
-¿Lo peor que le han gritado en la Real Maestranza?
-Una vez que toreaba Manuel Benitez “El Cordobés” me gritó uno “Música, Tejera. ¿Es que no te ha pagado bien?”
-Dicen que los costaleros en Semana Santa van muy a gusto con su Banda…
-Hombre, yo procuro adaptarme lo mejor que puedo a su paso. La devoción cabe en la música.
-¿Qué será la Real Maestranza sin usted?
-¿…?
El maestro Tejera se encogió de hombros.