miércoles, 20 de junio de 2012

Las Instalaciones Deportivas del Círculo Mercantil de Sevilla: verdades

Las palabras de Antonio Ceballos Ceballos no podrán retirarse. Él lo sabe y lo aprueba. Es un agente comercial jubilado. Ahora lee y pesca y realiza otros quehaceres que no vienen al caso. Es socio del Circulo Mercantil e Industrial de Sevilla desde el 2 de julio de 1974.
Cuando hablaba con él en una de las dependencias que la entidad tiene en la antigua Avenida del siniestro Carrero Blanco, ahora llamada Avenida de Adolfo Suárez, Antonio Ceballos se dirigió a otro socio. A José Luís Alonso. Le preguntó algo relacionado con el Círculo. Entablaron conversación y surgió el nombre del periodista Ángel Gómez Fuentes, que es paisano de José Luís. Los dos son de El Toboso. Le dije que Ángel había trabajado en El Correo de Andalucía. Entonces él contó algo entrañable. Cuando Ángel Gómez Fuentes fue presentado a Juan Pablo II como nuevo corresponsal de Radio Televisión Española en Roma y en el Vaticano, el papa le dijo cariñosamente: “España es muy especial: Primero me manda a una rosa, después a una paloma y ahora a un ángel”. Se refería el pontífice a los periodistas Rosa María Calaf, Paloma Gómez Borrero y al propio Ángel Gómez Fuentes.

Ceballos y yo nos salimos imaginativamente del Vaticano y entramos en el círculo, algo deteriorado, del Mercantil.
-¿Quién manda en las instalaciones deportivas?
-En cierto sentido la empresa restauradora, los que llevan el bar. No me cabe duda de que estos señores están para ganar dinero, todo el que puedan. Lo veo lógico.
-¿Pone en tela de juicio a la empresa restauradora?
-No, porque cuentan con el permiso más o menos expreso de la junta directiva de la entidad. Critico expresamente a la junta directiva.
-¿Perjudica la actitud de los señores del bar a los socios?
-En gran manera, sobre todo cuando el complejo se convierte en un salón de celebraciones de actos como bautizos, primeras comuniones, reuniones numerosas y otros acontecimientos a los que tienen acceso personas que no pertenecen a la entidad y privan a los socios hasta de la mínima comodidad a la que tienen derecho.
-¿Se corregirá esto con la nueva junta?
-Es continuación de la que ha estado los ocho años anteriores. Sólo hay tres socios nuevos. En ellos está nuestra esperanza. Pueden presionar a los demás para corregir estas intromisiones.
Ceballos no quiere olvidarse de manifestar el exquisito trato de los camareros, la calidad de los artículos, los precios adecuados, los buenos cocineros. Y añade:
-No comprendo que en la entidad de calle Sierpes el menú del día incluye dos platos a elegir entre tres, postre y bebida al precio de 8,50. Tienen acceso tanto los socios como toda persona que se presente a comer. Además sirven la comida. En las instalaciones deportivas el menú incluye dos platos, postre y bebida al mismo precio. Es autoservicio. Pero si te sirven la comida, te cobran un 20 por ciento.
-El nuevo presidente ha prometido crear la figura del Defensor del Socio.
-Antes existía la llamada “Comisión de socios” que velaba independientemente por el buen hacer de la entidad. Pero cuando llegó el tío del actual presidente, que también se llama Práxedes la quitó de un plumazo porque no toleraba que la comisión estuviera por encima de él en cierto sentido.
-¿En qué pondría usted orden?
-En el aspecto deportivo. Que los deportistas que no son socios, que no pagan, se limiten a cumplir los horarios que les impongan sus entrenadores. Y una vez cumplidos, que se marchen de las instalaciones para que no se aprovechen de las mismas en detrimento de los asociados.
-¿Asistió a la asamblea que aprobó el proyecto de las nuevas obras?
-No tuvimos opción de hacer preguntas. Se votó a mano alzada. El proyecto que es faraónico se aprobó. Yo me salí. Tengo entendido que las votaciones fueron fraudulentas. Se hizo a mano alzada y el recuento de votos  no se ajustó a la verdad.