jueves, 14 de junio de 2012

El famoso Jadraque, de la promoción de Derecho de 1962

Jadraque, primero por la izquierda, en la foto
de la Promoción de 1962, con los profesores
Clavero y Olivencia, entre otros.
Algo extraño había ocurrido durante la clase de las nueve de la mañana que impartía don Alfonso de Cossío, catedrático de Derecho Civil, a los alumnos de quinto en el aula pequeña, cercana a la capilla de la Universidad. La clase de las diez era de don Manuel Olivencia, catedrático de Derecho Mercantil. Cuando los dos profesores se cruzaron, don Alfonso, a modo de saludo, dijo en tono de advertencia:
-Manolo, ten mucho cuidado que ahí hay un tío que se sabe el Código Civil.
Se refería al famoso Jadraque.
El pasado día José Joaquín Jadraque Sánchez me contó lo sucedido:
-Don Alfonso explicaba una teoría interesantísima que perfeccionaba sobre la marcha. Mi pregunta no pudo ser mas indiscreta:”Don Alfonso, todo eso esta muy bien, pero el artículo tal del Código Civil dice todo lo contrario”.
-¿Cómo reaccionó?
-Don Alfonso tuvo capote sobrado como para salir del lance.
Charlábamos en el Alfonso XIII durante el ágape que celebró la promoción de Derecho de 1962 al cumplirse el 50 aniversario de licenciatura. Aquel día “La Roja” se hospedaba en el hotel. Las medidas de seguridad eran evidentes.
-¿Qué fue para ti la Facultad de Derecho?
-Yo diría que fue mi primera novia vital. Mi loca cabeza exploraría luego otros prados, pero aquella fue la primera.

-¿Ejerciste la abogacía?
-Ejercí la abogacía de cliente único pues fui letrado del Gabinete Jurídico de la Junta de Andalucía 22 años. 5.500 contenciosos, Pero abogado en el sentido pleno de la palabra, cuando vives del cliente que te elige voluntariamente porque confía en ti, ese pastel no lo probé.
-He oído que estudias Teología.
-Sí.
-Si no te enfadas te pregunto por qué.
-Por edad.
-¿A qué te refieres?
-A que el paso al más allá está  más cerca cada día que pasa. Conviene saber que te van a preguntar en el examen único sin septiembre.
Hablamos después de don Manuel Clavero, catedrático de Derecho Administrativo.
-¿Te acuerdas de sus casos  prácticos?
-Yo pertenecía al grupo de Antonio Daza. A la vista de uno de los casos, quise preguntar opinión a los realmente entendidos, a la Sala de lo Contencioso en el Prado.
-¿Quién te atendió?
- No recuerdo. Pero sí que me fui derecho a don Manuel para  trasladarle la respuesta que me había dado la Sala a su caso práctico. La Sala se había declarado incompetente. Era verdaderamente extraño que la propia Sala no supiera resolver los casos prácticos de don Manuel.
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El famoso y apreciado Jadraque no sabe cómo resolvió el profesor Clavero el siguiente caso práctico: don  Manuel en el año 1985 era muy esperado en la antigua cárcel de Sevilla, donde tuvo un cliente en 1971: Alejandro Rojas Marcos. En esta ocasión estaba conmovido porque le habían invitado a hablar a los presos con motivo del aniversario del asesinato de Blas Infante. Don Manuel ignoraba que daría su conferencia en el comedor del departamento celular número 2 ante 300 internos, sin medidas especiales de seguridad respecto a su persona. Esos detalles no preocupaban al profesor, pero sí que entendieran las palabras de un hombre que sintió la preocupación de Andalucía como tierra de imaginación. Conté a don Manuel que sería presentado a los internos por el director accidental de la prisión  y que moderaría el coloquio un preso acusado de robo. Después le pregunté:
-¿Irá con reloj a la cárcel?
-Sí, para no hablar más de cuarenta y cinco minutos.
-¿Cuánto dinero llevará en la cartera?
-Las siete o diez mil pesetas que suelo llevar siempre.
Noches antes de esta conversación, dos desconocidos se acercaron a don Manuel y le pidieron el dinero que llevaba. Uno le agarró por la corbata y el otro le puso una navaja en la ingle. El ex ministro, ágil por la práctica del tenis, utilizó puños y pies y los dejó tendidos en el suelo. Ocurrió en una calle de Madrid. Horas después pasaba un camión municipal recogiendo las bolsas de basura.