lunes, 9 de abril de 2012

En la ermita hay, como reliquias, bicicletas de ciclistas famosos

Aeropuerto de Madrid. Un señor coloca en el mostrador de la aduana un radiocasete. El funcionario le pregunta si sólo tiene que declarar eso. Le responde que sí. Le habían robado la maleta en Las Palmas mientras esperaba el avión.
-Bien. Por este aparato tiene que pagar 1.100 pesetas, dijo el funcionario, sin mirarle.
-Lo he comprado para las clases de música. Será muy útil para que los chicos aprendan más fácilmente música. Yo soy profesor del Colegio de los Salesianos de la Trinidad en Sevilla. Soy salesiano. Me llamo Juan Niebla. Muchos me conocen por “el padre bicicleta".
-Yo no puedo permitir que usted, por muy salesiano que sea, defraude a Hacienda.
-Oiga, ya sabrá lo que para los salesianos y para ustedes representa María Auxiliadora. Es patrona también de los funcionarios de Aduanas.
-¡Son 1.100 pesetas!!
Las pagó y, ya en Sevilla, contó a sus alumnos su visita a la ermita del lago Como, donde se venera a la patrona de los ciclistas italianos. En las paredes hay colgadas, como reliquias, las bicicletas de ciclistas famosos: Fausto Coppi, Gino Bartali, Felice Gimondi….
-¿Celebró misa  en la ermita?
-Sí y le voy a confesar lo que nunca he dicho: sentí más emoción que cuando oficié por vez primera la eucaristía.
“El padre bicicleta” era sacerdote, maestro, tenía la carrera de piano y armonía, y fue el primer andaluz que los salesianos enviaron a estudiar a la Universidad Gregoriana de Roma. Allí sufrió la mayor desilusión de su vida.
-¿Me la va a contar?
-Es que se presta a malas interpretaciones.
-Viniendo de usted, no. ¿Cuándo ocurrió?
-Cuando  Pio XII no era Papa sino el cardenal Pacelli.
-¿Qué hizo este hombre?
-Asistió en representación de Pío XI al descubrimiento de una estatua de don Bosco en el Vaticano y ni siquiera la miró.
-El se lo perdió.