Los informadores se interesaron recientemente por el futuro político de Federico Trillo durante una rueda de prensa con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Intentaban averiguar si, como se rumoreaba, el Gobierno quería premiarle con la embajada de Washington, aunque no es diplomático de carrera. Nadie habló del desalojo de la isla Perejil ni del accidente del Yak-42 cuando Trillo era titular de Defensa.
La respuesta que el ministro dio a los periodistas puede ser un ejemplo de cómo se refleja la ideología en el uso espontáneo de las historias:
“Les voy a contar una anécdota muy conocida. El general Franco tenía una próstata extraordinariamente resistente, y un general que no la tenía tanto, se metió en el río con él y le preguntó, cuando ya no podía más:
-Mi general, he oído que yo podía ser ministro.
-Pues yo no he oído nada, le contestó Franco”
A primera vista, lo narrado por el jefe de la diplomacia revela que las comparaciones son odiosas, incluso cuando se trata de glándulas sexuales.
Pero si echamos otro vistazo a sus palabras, quizá las circunstancias nos inviten a ser comprensivos con él. Es posible que describiese con exageración la glándula del dictador, porque en aquel momento recordó el sonoro “manda huevos” pronunciado, a micrófono abierto, por Federico Trillo cuando era presidente del Congreso.
Tanto García-Margallo como Trillo son doctores en Derecho. El ex ministro de Defensa defendió su tesis, en la Complutense de Madrid, sobre “El poder político en los dramas de Shakespeare.” Esto sí que manda…
La tesis del titular de Exteriores versó sobre “Una apuesta por el modelo europeo de Bienestar.” La leyó en la Universidad Miguel Hernández, de Alicante.
El poeta de Orihuela dedicó al de la resistente próstata estos versos:
“No hagas más reflexiones de topo y madriguera/en tu conejeril rincón de mentecato”.
Salgamos de prisa de El Pardo.
Shakespeare recomienda que no temamos a la grandeza. Ni siquiera a la grandeza de aquellos a los que les queda grande.
