Hablábamos de mujeres. De
las que formaban una asociación en Jerusalén para ofrecer a los
sentenciados a muerte vino mirrado. Salió a relucir el nombre de la
Verónica. Unos creen que es la hemorroisa; otras la identifican con
Marta y con la mujer de Zaqueo.
Cuando en la cafetería de la Clínica del Sagrado Corazón se podía fumar, el doctor Hermosilla, prestigioso traumatólogo, encendió un Whinston y dijo en voz baja:
-Esa chica que acaba de entrar no es ninguna de nuestras enfermas.
-Rebosa salud, le contesté.
Tomamos el segundo café de la mañana, volvimos al vino. Al vino mirrado.
-¿Por qué lo rechazó Jesús?
-Porque no quiso tomar un anestésico; renunció a un brebaje que entorpecía los sentidos.
-¿Prefirió seguir angustiado?
-La angustia se convierte en sosiego a la vista de la trascendencia de lo que se hace.
Cuando en la cafetería de la Clínica del Sagrado Corazón se podía fumar, el doctor Hermosilla, prestigioso traumatólogo, encendió un Whinston y dijo en voz baja:
-Esa chica que acaba de entrar no es ninguna de nuestras enfermas.
-Rebosa salud, le contesté.
Tomamos el segundo café de la mañana, volvimos al vino. Al vino mirrado.
-¿Por qué lo rechazó Jesús?
-Porque no quiso tomar un anestésico; renunció a un brebaje que entorpecía los sentidos.
-¿Prefirió seguir angustiado?
-La angustia se convierte en sosiego a la vista de la trascendencia de lo que se hace.
-¿Cuánto pesaba la cruz entera?
-Según unos historiadores, cien kilos; otros afirman que setenta.
-¿Ha visto usted la piedra donde se sentó Jesús a descansar cuando caminaba hacia el calvario?
-Jesús
se sentó, pero no porque los que le custodiaban querían que descansase,
sino porque los judíos pararon la comitiva para discutir con Simón el
Cirineo el precio que cobraría por compartir con Jesús el peso de la
cruz.
Nosotros nos levantamos y nos dirigimos a la Plaza de San
Lorenzo para ver y admirar la imagen del Gran Poder, de Martínez
Montañez.
-¿Cree que puede con la cruz?
-Puede.
-¿Lo dice por su gran devoción a Jesús?
-No.
Fíjese en la longitud de sus muslos, en la ligera flexión de su rodilla
izquierda y en la gran zancada. Estos detalles dan aspecto de poder a
toda la imagen.
-¿Qué distancia hay entre talón y talón?
-Setenta y seis centímetros. Hasta ahora esa distancia no ha sido superada en la imaginería sevillana.
-¿Ha tenido ocasión de medir las extremidades inferiores del Gran Poder?
-Sí.
El muslo derecho mide noventa centímetros, cuando lo normal es de
cuarenta a cuarenta y cinco. El izquierdo tiene sesenta y cinco.
-¿Y los brazos?
-Son articulados para poder llevar la cruz.
-¿Se dejaría abrazar por ellos?
-Me sentiría en la gloria.