jueves, 10 de noviembre de 2011

Cela confiaba en la posteridad, según su hermano Jorge

Conocí a Jorge Cela Trulok el año que su hermano Camilo José publicó “Oficio de tinieblas”. El  que sería Premio Nóbel ya  había logrado introducir el vocablo coño en el  Diccionario de la Real Academia Española, según comenta su último secretario Sánchez Salas.
Jorge Cela Trulok, licenciado en Ciencias de la Información, era autor ya de ocho novelas. Me acuerdo de dos: de “Blanquito peón de brega” y de “Compota de adelfas”.
-¿Te pareces a tu hermano?
-En lo físico es innegable que me parezco  mucho.
-Exageras un poco.
-Excepto en la diferencia de kilos, que me lleva veinte, y de estatura que me gana quince centímetros.
-¿En otras cosas?
-Es como más señorito en el buen sentido de la palabra.
-¿En qué confía más él?
-En que en la posteridad, una vez muerto el individuo, sea importante.

-Dicen que el tiempo, en vida, arruga la piel, pero en muerte alisa el carácter.
Faltaban años para que se produjera el siguiente diálogo entre el presidente del Senado Antonio Fontan  y Camilo José Cela que era senador por designación real. “El señor Cela está dormido.” “No, señor presidente, estaba durmiendo”. “¿Acaso no es lo mismo? “No, señor presidente, como tampoco lo es estar jodido que jodiendo”.
-Elige dos obras de tu hermano.
-“Mrs.Cadwel  habla con su hijo” y  “Oficio de tinieblas”.
-¿Coincidiría él con esta selección?
-Creo que no. El escritor nunca es igual crítico de su obra que el lector. Y además  el escritor tiene sus preferencias como los padres: se inclinan por los hijos más débiles o menos agraciados.
-¿Te lee?
-Sí. Sigue muy puntualmente  mi producción literaria y si yo tardo cuarenta y ocho horas en enviarle mi último libro, me llama por teléfono y me dice que soy un bandido.
-¿Tu eres más respetuoso con él?
-Me resulta difícil no serlo, no ya por respeto que podría tenerle como hermano menor, sino por el respeto que le debo hoy como padre de las letras españolas.
-¿Es muy gallego él?
-Sí.
-¿En qué se nota?
-En que nunca se pronuncia.
-¿Te refieres a la política?
-Políticamente es un viejo liberal. O quizás, por no señalar demasiado la edad que tiene, mejor sería decir que es un liberal a lo viejo.