lunes, 22 de agosto de 2011

Fusilaron a dos futbolistas béticos por socialistas

En Ventura Castelló Hernández había muchas horas de lectura, de buen cine, de buena música, de buenos partidos de fútbol. Le gustaban el don de la conversación y sus semejantes. Creía que estaba muy bien hecho. No se refería a su físico.
-¿Sevillista?
-Bético desde hace 60 años y socialista desde hace 55. Conocí a dos jugadores del Betis que murieron fusilados por ser socialistas.
-¿Recuerda sus nombres?
-Salvador Llinat y Luis Gildos.
-Será usted republicano.
-Lo soy, pero Juan Carlos me parece el Rey más honesto de toda la dinastía de los Borbones.
-¿Qué hizo cuando terminó la guerra civil?
-Me escapé de nuestro país escondido en la bodega de un barco norteamericano. Cuando me descubrieron llamaron a la Comandancia de Marina de España, porque yo llevaba bombas de mano y una pistola.

-¿Se lo creyeron?
-Hasta tal punto que movilizaron un destructor español para detenerme en plena mar. Yo intenté suicidarme poniéndome una bomba en la cabeza, pero no hizo explosión.
-¿Aguantó?
-Estaba tan muerto de sed que me entregué a los dos días. Me recogieron los marinos del destructor español y me llevaron a una prisión.
-¿Se acuerda de la primera persona que le visitó cuando estaba preso?
-Una antigua compañera de bachillerato, Milagros Martínez Prieto, que fue la esposa del profesor Laín Entralgo e hija de Jesús Martínez Martínez, fusilado en la carretera de Sevilla a Dos Hermanas y enterrado en la fosa común del cementerio de esa localidad.
-¿Quiénes lo mataron?
-Lo ignoro. Pero se que lo fusilaron porque pertenecía al Club Rotario, que era una organización amorfa y apolítica. El padre de Milagros, que era muy amigo de Blas Infante, era apolítico.
-¿Apareció en los periódicos cuando le detuvieron en plena mar?
-No, pero sí en 1933 cuando a la salida de un mitin varios guardias de asalto me dieron con las culatas de las pistolas con tal fuerza en la cara que me la desfiguraron. La foto de mi rostro salió publicada en la prensa europea.
-¡Qué vida!
-La vida normal de todo español inquieto en aquellos tiempos era hambre, cárceles y palizas.