domingo, 24 de abril de 2011

José Bejarano, nuevo secretario de Formación de la APS

Se me ha olvidado preguntar a Pepe Bejarano si es hipocondríaco. Durante más de 20 años se ocupó  de la revista Salud entre todos, que él puso en marcha en 1984. Y antes había llevado la sección de salud en dos publicaciones de Barcelona. Ha  estado muy vinculado a Cataluña. En su Universidad Autónoma se licenció en Ciencias de la Información. Y fue corresponsal del diario La Vanguardia en Andalucía durante 24  años. Dibujaba, en sus crónicas periodísticas, a nuestra tierra  y a nuestra gente al natural. Fue Premio Andalucía de Periodismo en 1995. No está en paro. Trabaja como periodista en la Consejería de Empleo. Es padre de dos hijos. Uno de ellos también es de la profesión.

¿Se presta nuestra  profesión al compañerismo?
-Nuestra profesión no es diferente a otras. Siempre se ha dicho que no lo hay porque      estamos muy condicionados por la competitividad y la lucha por la exclusiva. Creo  que eso, si existió, fue en el pasado.
-Tienes razón. Antes, los periodistas decíamos que siempre estábamos  dispuestos  a compartir el pan con los compañeros, pero no la noticia.
-Hoy no veo esa ansia por la noticia, sino todo lo contrario. Hay conformismo y poca iniciativa. Aceptamos que la agenda nos la marquen las fuentes con sus convocatorias
-¿En estos tiempos sirve  la credencial de periodista para obtener trato de favor fuera del ejercicio profesional?

-En estos tiempos la credencial de prensa sirve para que nos den con las puertas en las narices en todas partes. Nunca he sentido más rechazo que ahora a nuestra labor.
-¿A qué se debe esto?
-Entre otros,  al circo del “periodismo” y a los charlatanes de feria que se hacen llamar tertulianos y hasta periodistas. Tenemos que llegar a los sitios pidiendo perdón por ser periodistas y tratando de que entiendan que no todos somos iguales.
-¿El  comportamiento ético de un periodista hace mejor al medio en que trabaja?
-El comportamiento ético nos hace periodistas y, sobre todo, personas. No entiendo que sean dos cosas distintas. Uno actúa como es en todos los ámbitos de su vida.
-¿En cuanto al medio?
-El  comportamiento ético debería ser una exigencia de la empresa y no al revés, como por desgracia ocurre a veces.
-¿Las diferencias más sutiles  entre  asociación de la prensa y  colegio profesional de periodistas?
No sé qué decirte, al final las organizaciones las hacemos las personas y eso conlleva enfoques distintos según las directivas que se formen en cada momento, sea en una asociación o en un colegio.
-¿Por cual te inclinas?
-Me da igual qué forma adoptemos siempre que sea para dignificar el trabajo de los periodistas y recuperar el acuerdo con la sociedad para proporcionar información veraz y comprometida con los valores de la igualdad y la solidaridad.
-¿Tu día más logrado de cuando eras  corresponsal de La Vanguardia en Andalucía?
-No sabría elegir un día más logrado que otros. Creo que lo que nos hace felices a los periodistas es la suma de experiencias dispares.
-¿Con qué experiencia te quedas?
-Quizá me quede con la sensación que te puede producir entrevistar a un narcotraficante por la mañana, asistir esa noche a cena con el delegado del Gobierno y, al día siguiente, vivir la tragedia de los inmigrantes en el Estrecho de Gibraltar. O pasar dos semanas en Guinea-Bissau para asistir al funeral por la muerte de un inmigrante muerto en un cayuco.